La escalada de los dólares libres no se detiene. Luego de que el Banco Central (BCRA) redujera las tasas de interés a valores más bajos de los esperados por el mercado, el martes de la semana pasada, las cotizaciones libres respondieron al alza y acumulan subas de hasta $255 en las últimas ocho ruedas.
En las calles de la City porteña, el dólar blue vuelve a ser protagonista, ya que por primera vez se vende a $1300 en las cuevas y arbolitos. Se trata de una suba de $25 frente al cierre anterior (+2%) y de $180 en los primeros cuatro días de la semana (+16%).
Si se amplía el panorama y se analiza desde el martes 14 de mayo, cuando la entidad monetaria recortó la tasa de política monetaria a 40% nominal anual, el alza acumulada es de $255 (+24,4%). De esta manera, se puso fin a la pax cambiaria que se registró en los últimos tres meses, a pesar de que la inflación acumuló un avance del 65% hasta abril.
“Cuando se dan estos saltos, siempre hay una acumulación de motivos. Hubo una inflación del 120% de noviembre hasta ahora, con un dólar que subió nada más que 30% antes de arrancar esta escalada. También hay emisión. Si bien ha descendido, el Gobierno sigue comprando dólares y emite pesos para pagar los intereses de los pasivos remunerados, aunque a tasa negativa. Y después, el recorte de la tasa de interés, que creo que fue un poco el dato que disparó la suba del dólar. ¿Por qué? Te dabas vuelta y veías un dólar planchado hace cuatro meses; pero hoy, el ‘premio’ de quedarte en pesos es una tasa que paga 2,5%-3,5% mensual. Al momento de evaluar riesgo-beneficio, el ahorrista empezó a ver que el riesgo era más grande que el beneficio y decidió pasarse al dólar”, dijo el analista financiero Christian Buteler.
Para el economista, también influyó la política. A poco de cumplir los primeros seis meses de gestión de Javier Milei, el Gobierno todavía no logró sacar leyes y crecen las dudas de si el superávit fiscal financiero “es más licuadora que motosierra”.
El mercado también puso el foco en el dólar oficial mayorista, y se pregunta si está atrasado y el Banco Central deberá acelerar el ritmo de crawling peg (microdevaluaciones diarias). “Todos esos condimentos ayudaron a que arranque el dólar. Veremos ahora, porque una vez que arranca, nunca se sabe dónde para. Habrá que ver si encuentra algún tipo de estabilización o, por lo menos, un descanso”, completó.