Con el regreso de Marcelo Gallardo al banco de los suplentes como plato fuerte de la noche, River empató 1-1 en el Monumental con Huracán, que se afirma así como único puntero de la Liga Profesional. El dueño de casa sintió la inyección de ánimo que le dio la figura de su hijo pródigo, pero también repitió vicios que mostraba con Martín Demichelis y demostró cuánto trabajo le queda por delante.
Después del momento emotivo con el enorme recibimiento al Muñeco, el local arrancó con todo y no tardó en encontrar la ventaja: a los 12 minutos, tras una gran combinación por derecha, intervino Adam Bareiro para tocar a la izquierda para para Claudio Echeverri, a quien le mordió la pelota Fabio Pereyra para que el Diablito se repusiera definiendo de media vuelta bajo y a la izquierda de Hernán Galíndez. Enseguida, Bareiro casi aumenta pero su tiro pegó en el palo.
En lo que siguió, comenzaron a ganar terreno los de Frank Kudelka, neutralizando desde el mediocampo a las individualidades millonarias. Y a los 36, en su primera clara, lo empataron aprovechando sin piedad un error de Felipe Peña Biafore, quien se la sirvió a William Alarcón para que descargara a la derecha en Walter Mazzantti y éste enviara un centro pasado para que cabeceara al gol Rodrigo Echeverría.
En el complemento, ya con Manuel Lanzini por el tocado Echeverri, llegaría lo mejor de la visita, que comenzó a merodear con más asiduidad al área local al punto de hacer figura a Franco Armani al salvar ante Rodrigo Cabral y Mazzantti. Después, y si bien no decayó en intensidad, a Huracán le costó más pisar el área contraria pese a su dominio, que se extendió hasta un breve tramo final en el que el anfitrión intentó cambiar la ecuación aunque sin lastimar.
River se fue así masticando algunas dudas pero con la esperanza de que la mano de su DT estrella amalgame sus buenas piezas para convertirlas en un equipo más fuerte; Huracán con un punto que podrían haber sido tres, pero que igual le sirve para crecer y afianzarse en lo alto por una fecha más.