Para Kylian Mbappé no había otra forma de debutar en Real Madrid que no sea con un verdadero golazo. Y así fue. Después de merodear en zona de peligro durante varios minutos, el delantero francés aprovechó una gran jugada colectiva y no perdonó a Atalanta en la Supercopa de Europa.
Pasado los 20 minutos del complemento, con el marcador 1-0 a favor por la conquista de Federico Valverde, Rodrygo robó una pelota en la salida y tocó rápido para Vinicius, quien se escabulló entre los defensores italianos y lanzó un pase al medio que se fue largo y cruzó toda el área grande.
Antes de que se desvaneciera la jugada de ataque, y teniendo en cuenta que su rival estaba mal parado, Jude Bellingham capturó la pelota, hamacó el cuerpo para su pierna hábil y metió una estocada en el punto penal. Allí la estaba esperando el flamante refuerzo blanco, que solo tuvo que cargar la barra de potencia y rematar.
Su latigazo se colgó en un ángulo, imposible para la estirada del argentino Juan Musso. Apenas se movieron las redes del arco del Estadio Nacional de Varsovia, Mbappé salió disparado a gritar su primer tanto en el Merengue y, como en sus tiempos en PSG, festejó con los brazos cruzados.
Una noche soñada y una presentación inmejorable para Kiki, que lució la N°9 en su espalda al igual que Cristiano Ronaldo en sus inicios en la capital española (tardó cuatro partidos en tener su bautismo de gol) y levantó su primer título en Real Madrid. Ya cerca del final, fue reemplazado por Brahim Díaz y se llevó un gran aplauso por parte de los hinchas.