River consiguió este miércoles cerrar con solidez su serie de octavos de final de la Copa Libertadores 2024 frente a Talleres de Córdoba, tras el 1-0 en la ida. En el Monumental, fue 2-1 y fiesta para el Millonario de Marcelo Gallardo, que pareció haber recobrado la memoria de las grandes noches de antaño y ya se relame pensando en cuartos, donde se medirá con Colo Colo de Chile.
Unos largos minutos sin sobresaltos de uno y otro lado tuvieron lugar en el inicio del partido: ambos se mostraban potencialmente peligrosos, pero la cautela podía más y nadie se animaba a salirse de libreto. Pero el que sacó provecho de ello fue el local a la hora de romper líneas. A los 33 minutos, la presión bien alta de Matías Kranevitter sobre Guido Herrera provocó la entrega de Juan Portilla a Santiago Simón, quien envió rápidamente el balón al área para el taco de Rodrigo Aliendro que dejó a Miguel Borja en condiciones de anticipar en las narices al arquero para el primero.
El gol desequilibró el trámite y le dio al conjunto de Walter Ribonetto, tarde, la fuerza para buscar el área local. Franco Armani tuvo enseguida trabajo ante Blas Riveros y Cristian Tarragona se lo perdió sin puntería. En el complemento, ya con Rodrigo Villagra en el medio en lugar de Aliendro, a los cuatro aumentó el anfitrión, cuando Maxi Meza salió airoso de la marca por izquierda y metió un bochón en el área que tocó Simón por arriba de Herrera.
Tras ese tanto se desató la fiesta completa para River en las tribunas. Pero faltaba mucho y la T volvió a reaccionar, primero con un cabezazo desviado de Sebastián Palacios y, a los 23, con el descuento del ex River Federico Girotti quien, ingresado un rato antes, tocó ante Herrera un centro desde la izquierda de Juan Portillo tras un ataque bien comandado por otro relevo, Matías Esquivel.
En lo que siguió, si bien hubo espacios para ambos bandos, fue River el que más cerca estuvo del tercero con dos intentos del ingresado Claudio Echeverri frustrados por Herrera. El final llegó sin más problemas para La Banda, que entonces sí pudo desatar del todo su celebración.