Jubilaciones y pensiones: Los fondos para los pagos cayeron un 22% en lo que va del año
Jubilaciones

Las jubilaciones y pensiones marcaron un nuevo punto de inflexión en el gobierno de Javier Milei. El veto a la reforma jubilatoria casi acaba por romper la buena relación con Mauricio Macri.

Para Milei, aplicar la reforma implicaría un alto volumen de gasto al Estado y atentaría contra el plan de déficit fiscal cero.

Si el ya anunciado veto total presidencial se revierte con los dos tercios en ambas cámaras, la nueva fórmula sancionada por el Congreso implicaría “un 1,2% extra más del PBI o lo que es lo mismo, 25% del PBI en términos dinámicos”, según declaró el presidente.

“Mientras acusan a este Gobierno de licuar a los jubilados, desde enero las jubilaciones han aumentado un 5% en términos reales mientras bajamos el gasto y destruimos la inflación”, manifestó.

Caída real de las jubilaciones

Sin embargo, en los primeros siete meses de 2024, bajo la gestión de La Libertad Avanza, los fondos destinados al pago de haberes de 7,2 millones de jubilados y pensionados sufrieron una caída real del 22,1% respecto del mismo período de 2023.

Mientras que de enero a julio de este año, esa partida fue de $17,4 billones, el año pasado ese gasto le implicó al Estado $22,7 billones a valores constantes, o sea ajustados por la inflación acumulada a julio último. Así surge del informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) sobre la ejecución presupuestaria, publicado en agosto.

El proyecto de movilidad jubilatoria aprobado por el Senado establece una actualización mensual en base al último Índice de Precios al Consumidor (IPC), como el decreto vigente dictado por el Ejecutivo en marzo, pero contempla una compensación extra del 8,1%, por el 20,6% de inflación de enero, retroactivo desde febrero.

También prevé que la jubilación mínima sea equivalente a 1,09 de la canasta básica porque su actualización se efectiviza con posterioridad al pago de los haberes.

Contempla, además, un adicional anual del 50% de la variación entre el RIPTE —promedio de los salarios— y el IPC para habilitar la posibilidad de mejora en las jubilaciones en contextos de crecimiento económico, y que la inflación no sea un techo.