En el corazón de la zona noreste de Santiago del Estero, Cintia Toloza y su esposo Miguel están decididos a hacer realidad su sueño de tener su propia rotisería. Juntos, y con sus dos pequeñas hijas, Franchesca y Ámbar, han encontrado en su carrito de comidas no solo una forma de subsistir, sino un proyecto de vida lleno de esperanza y esfuerzo.
“Somos del barrio General Paz, y nuestro negocio empezó hace tres años. Con este, ya serán cuatro los que llevamos vendiendo comida”, cuenta Cintia, mientras se prepara para trabajar, en una entrevista exclusiva con Info del Estero. “Comenzamos vendiendo los famosos panchitos con papas, y fue nuestro primer negocio. Gracias a Dios, vendíamos mucho”. Con una sonrisa nostálgica, recuerda cómo esos primeros panchitos rápidamente ganaron popularidad en el barrio.
Una lucha compartida
La historia de Cintia y Miguel es un testimonio de lucha y perseverancia. Mientras sus hijas juegan cerca del carrito, la pareja sigue trabajando con la misma dedicación que los ha acompañado desde el principio. “Fuimos adelantando y logramos vender sándwiches de milanesa. Cuando estaban a $2000, nosotros los vendíamos a $800 para vender más y seguir avanzando”, explica Cintia. Durante esa etapa, la familia enfrentó momentos difíciles: “Cuando supe que estaba esperando a mi segunda hija, nos pusimos a vender aún más. Lamentablemente, mi embarazo era de alto riesgo y gastábamos más de lo que podíamos”.
Con el nacimiento de Franchesca, la situación mejoró, pero la lucha no terminó. Cintia y Miguel decidieron hacer todo lo posible por crecer. “Empecé a hacer tortillas, pasteles, budines, pizzetas y cosas dulces para vender. Incluso vendimos cosas de mucho valor sentimental para nosotros”, comparte emocionada Cintia. Fue entonces cuando dieron el gran paso: alquilaron un carrito de comidas más grande. “Pudimos avanzar un poco más, vendiendo lomitos, hamburguesas, panchos, pizzas y papas fritas”.
Un sueño compartido
La familia trabaja unida, y sus hijas forman parte de este emprendimiento. “Trabajamos con nuestras hijas adentro del carrito, ya que somos solo mi marido y yo, y quién mejor que cuidarlas nosotros”, dice Cintia con orgullo. “Es lo único que tenemos para comer todos los días y cubrir los gastos de nuestras hijas, desde su vianda para el colegio hasta los pañales y la leche”.
A pesar de las dificultades, Cintia y Miguel no pierden la esperanza. Siguen soñando con tener su propia rotisería en su casa algún día. “Soñamos tanto con hacer nuestra rotisería aquí, pero a veces la plata no alcanza. Aun así, creemos que los sueños se cumplen con mucho esfuerzo”, afirma Cintia, convencida de que, con trabajo y perseverancia, ese anhelo será una realidad.
El negocio de esta familia lleva el nombre “Lo de Fran & Vale”, un tributo a sus dos hijas, y representa el amor y la unión que los impulsa a seguir adelante. “Somos un gran equipo, y sabemos que, tarde o temprano, nuestro esfuerzo será recompensado”.
Encontrá el carrito de Cintia y Miguel en calle Anunciatta Cocheti 1er pasaje y Lomas Coloradas del barrio General Paz.