El expresidente peruano Alberto Fujimori, quien gobernó el país entre 1990 y 2000, falleció después de una larga batalla contra el cáncer. La noticia fue anunciada por su hijo, Keiko Fujimori, a través de un mensaje en la red social X. “Nuestro padre, Alberto Fujimori, acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron que nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma”, expresó. Fujimori falleció a los 85 años, dejando un legado político marcado por la lucha contra el terrorismo, pero también por acusaciones de corrupción y violaciones a los derechos humanos.
Sus últimos años: lucha contra el cáncer y retorno a la política
Los últimos años de vida de Alberto Fujimori estuvieron marcados por su enfermedad. Desde 2022, padecía cáncer de lengua, lo que finalmente acabó con su vida. Sin embargo, a pesar de su delicado estado de salud, Fujimori mostró interés en volver a la política. En diciembre de 2022, el Tribunal Constitucional de Perú le otorgó un indulto humanitario, lo que le permitió salir de prisión. Su hija, Keiko Fujimori, incluso lo promovió como posible candidato presidencial para las elecciones de 2026, mostrando su firmeza para seguir activo en la vida política.
La controversia del indulto y las tensiones políticas
En 2017, Fujimori recibió un indulto humanitario del expresidente Pedro Pablo Kuczynski, aunque la decisión fue anulada debido a las objeciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En 2022, volvió a recibir el indulto, lo que generó una fuerte reacción en la sociedad peruana. A pesar de las críticas, Fujimori mantuvo un papel activo en la política hasta sus últimos días, con el apoyo de algunos sectores del gobierno de Dina Boluarte.
Un presidente con mano dura: lucha contra Sendero Luminoso y el autogolpe
Alberto Fujimori fue elegido presidente en 1990, en medio de una profunda crisis económica y una insurgencia violenta liderada por el grupo maoísta Sendero Luminoso. Su gobierno es recordado por haber derrotado a este grupo terrorista, capturando a su líder Abimael Guzmán en 1992. Sin embargo, la represión y las violaciones a los derechos humanos marcaron su mandato. En 1992, Fujimori disolvió el Congreso y asumió el control total del Estado en lo que se denominó el “autogolpe”, una acción que le valió tanto críticas internacionales como el respaldo de sectores internos que valoraban su lucha contra el terrorismo.
Las matanzas que sellaron su condena
Una de las principales causas que llevaron a Fujimori a la cárcel fueron las matanzas de civiles en los barrios de La Cantuta y Barrios Altos, perpetradas por un escuadrón paramilitar bajo su mando. Estos crímenes, junto con otros abusos de poder y casos de corrupción, marcaron el final de su mandato y su posterior extradición desde Chile en 2007. Desde entonces, purgó su condena hasta recibir el indulto en 2022.
Los Fujimori: una familia dividida por el poder
Alberto Fujimori no solo dejó una marca en la política peruana, sino también en su familia. Su hija Keiko asumió el rol de Primera Dama a los 19 años, tras la separación de sus padres. Su madre, Susana Higuchi, denunció haber sido torturada durante el régimen de Fujimori. Las tensiones familiares persistieron a lo largo de los años, con Keiko y su hermano Kenji enfrentados por el liderazgo del legado político de su padre. Keiko fue candidata presidencial en tres ocasiones, pero nunca logró ganar.
La caída del régimen y la huida a Japón
El mandato de Fujimori terminó abruptamente en el año 2000, cuando las denuncias de corrupción y los escándalos por la compra de congresistas por parte de su asesor Vladimiro Montesinos lo obligaron a renunciar desde Japón. Su renuncia llegó a través de un fax, un gesto que reflejaba el colapso de su gobierno. Fue extraditado desde Chile en 2007 y condenado por delitos de lesa humanidad.