Una mujer se infiltró en una red de trata y rescató a su nieta obligada a prostituirse
La mujer que rescató a su nieta. Foto: TN

Sin que nadie ni nada la detuviera,una mujer de 58 años se hizo pasar por prostituta y se infiltró en una red de trata de personas, logrando rescatar a su nieta, que había sido secuestrada y obligada a prostituirse.

“Mi nena fue a hacer un cambio de ropa en Constitución y 180 cuando se encuentra con esta chica. Estaba mirando la ropa cuando dos masculinos le ponen algo sobre el rostro; no sabe si era un algodón o pañuelo. Se duerme y despierta ya secuestrada”, contó Fabiana, la abuela que se vistió de heroína.

LA HISTORIA

La abuela mujer contó que todo esto inició en enero, cuando su nieta fue a hacer un trueque de ropa y no regresó. Entonces, intentó comunicarse con ella y recibió una respuesta, pero de inmediato se dio cuenta que no era ella quien hablaba. Luego de investigar, una joven le dio la respuesta que buscaba: le dijo que la vio a su nieta en un prostíbulo en Avenida Libertad y Don Bosco.

“Fui a la comisaría y les dije que mi nena había desaparecido. No me quisieron tomar la denuncia, me dijeron que seguramente se había ido por un capricho adolescente”, relató.

Así, entre lágrimas, Fabiana recordaba la situación: “Cuando me enteré de que mi nena estaba secuestrada, pensé que nunca la iba a ver más. Siempre pensé lo peor, pensé que me la iban a entregar en un cajón. No sé si fue mi valentía o qué, pero la rescaté yo. Yo la salvé”, continuó relatando y apuntando a las fallas de la policía.

“Me senté a pensar a ver qué podía hacer para rescatarla. Ahí se me ocurrió cambiar mi foto de perfil, me puse la de una mujer de 21 años con pollerita cortita y en pose, y me sumé al grupo”, dijo y recordó “me ofrecían drogas y de todo”.

Luego, le habló un hombre y fue ahí como entabló contacto con la red de trata. “En un momento empiezo a hablar con uno de los chicos. Me invita a un hotel, a un café, a drogarme. Yo todo le decía que sí. Después me dice que iban a hacer una ‘joda’ en Libertad al 4870”, relató. Con la dirección exacta de dónde supuso que estaba su nieta, decidió actuar.

EL DÍA DEL RESCATE

Fabiana fue hasta al edificio señalado con la intención de meterse y rescatar a la adolescente. “Fui a eso de las 21. Pasé por la puerta con mi auto y no vi nada. Había gente que entraba y salía, pero ninguna de esas personas era mi nena. Decidí ir a la comisaría y avisar que sabía dónde estaba. Me acompañó el jefe de calle en un patrullero”, contó.

“Mientras los policías golpeaban un portón, yo daba vueltas con mi camioneta por la zona. Le había pedido al hermano mayor de mi nieta que me acompañara. No terminé de estacionar mi auto sobre la estación de servicio en Constitución y la vimos. El hermano se bajó corriendo y me la trajo. Fue una luz. La agarró del brazo y la metió. Tiré el asiento para atrás y le dije ‘acostate, acostate, acostate’ y salí rápido. Ella estaba muy drogada”, relató sobre el momento del dramático rescate.

“Ella no sabía ni dónde estaba. No podía hablar, no sabía qué había pasado, estaba muy drogada. Estaba vestida muy provocativa, como una chica que ejercía prostitución en la calle. De top, corpiño, calza engomada y una zapatilla, toda crota, toda rota. Así la encontré yo a mi nena”, recordó consternada.

 

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CÓMO SIGUE LA CAUSA

El único detenido por el hecho es Gabriel Sánchez, un hombre de 30 años acusado de ser el cabecilla de la organización que funciona en Mar del Plata. Está preso en la Policía Federal Argentina DUOF Pinamar, un lugar de tránsito, aunque se prevé que si lo condenan sea trasladado a un penal de Buenos Aires.

La fiscal Laura Elena Mazzaferri, titular de la Fiscalía Federa N°1 de Mar del Plata, lo imputó por los delitos de “trata de personas con fines de explotación sexual agravada por aprovechamiento de la situación de vulnerabilidad de la víctima y por ser menor de edad, en concurso real por facilitación y comercialización de estupefacientes, más abuso sexual agravado con acceso carnal”.

Este hombre fue detenido el 3 de abril, dos meses después del hecho, tras una serie de allanamientos que se hicieron tanto en el edificio de Avenida Libertad, como en otros cuatro lugares donde eran explotadas sexualmente las víctimas. Los operativos fueron avalados por el juez de actuación del Juzgado N°3, Santiago Inchausti.

A partir del relato de la víctima, a través de una Cámara Gesell en donde la chica contó detalles y pudo identificar a Sánchez, la Justicia ordenó una serie de escuchas que fueron claves para atraparlo. Mientras tanto, se investiga la participación de otras personas que podrían ser cómplices.