El Gobierno nacional está preparando una resolución para que ingrese en vigencia las nuevas tarifas del gas para la temporada de verano. De acuerdo a lo que investigó Energy Report, esa medida implicará un descenso del 6% en el precio de gas. Si se le adiciona una reducción en el consumo por las temperaturas primaverales, a partir de octubre las facturas llegarán con una rebaja de 20% promedio para los usuarios hogareños.
La medida podría leerse como parte del feroz plan del Ministerio de Economía para reducir la inflación. Pero no es lo correcto. Esta baja del 6% en el precio está prevista y regulada en el marco del Plan GasAr. Es inevitable. De hecho, en Hacienda buscaron por todos los rincones la posibilidad de evitar la actualización de las tarifas estivales con la intención de mantenerlas altas y así lograr que más cantidad de usuarios paguen el “valor real” del gas. Finalmente, y ante las advertencias recibidas por las consecuencias penales de esa decisión, en Economía desistieron.
En el Gobierno están convencidos que “la gente entendió que la energía ya no se regala y que hay que pagar lo que vale”. Celebran que este año finalizará con un fuerte recorte de los subsidios a las tarifas de gas, de aproximadamente un tercio. De los u$s1.800 millones del 2023 hoy solo se desembolsan alrededor de u$s650 millones. El objetivo era bajar hasta u$s380 millones anuales, pero esa meta -que también reclama el FMI- pasó para el 2025.
Fuente: Ámbito Financiero.