Natalia, una chimpancé de 21 años residente en el zoológico Bioparc Valencia, conmovió al mundo en mayo de 2024 cuando se dio a conocer que llevaba tres meses cargando el cuerpo de su cría muerta al nacer. Aunque este comportamiento puede observarse en la naturaleza, el caso de Natalia fue excepcional, pues el duelo se extendió por siete meses, mucho más tiempo que lo habitual en la vida silvestre, donde suele durar solo horas, días o semanas.
Durante este largo proceso, Natalia no se separaba del cadáver de su cría, ni siquiera para alimentarse, lo que preocupó al equipo del zoológico. Sin embargo, los especialistas confirmaron que la chimpancé seguía realizando todas sus actividades cotidianas y mantenía una buena salud física, lo que los llevó a no intervenir en su duelo. Miguel Casares, director del Bioparc, explicó en ese entonces a la agencia EFE que interrumpir el proceso hubiera requerido anestesiar a Natalia y a otros miembros del grupo, lo cual habría sido una operación compleja y posiblemente perjudicial para ellos.
“Decidimos permitir que la familia se comportara como debía, dejando que Natalia viviera su duelo a su manera”, declaró Casares.
Finalmente, tras siete meses de aferrarse al cuerpo sin vida de su cría, Natalia dejó de cargarla. El equipo del zoológico recuperó el cadáver en cuanto notaron que no regresó a recogerlo. La conclusión de su duelo fue recibida con respeto y comprensión por los visitantes, quienes, según el zoológico, mostraron una gran empatía, especialmente las mujeres.
Caseres explicó que aunque en algún momento consideraron mantener a Natalia alejada de los visitantes para evitar reacciones negativas, optaron por no hacerlo. “Hubiera sido peor para ella y su grupo. Los visitantes, al recibir la explicación adecuada, entendían y respetaban su comportamiento”, agregó.
Mientras Natalia cerraba este doloroso capítulo, su hermana Noelia, cuya cría nació casi al mismo tiempo que la de Natalia, sigue creciendo saludable y llenando de alegría a cuidadores y visitantes del Bioparc con sus travesuras, convirtiéndose en una pequeña celebridad entre los primates del parque.