De visita en España, La vicepresidenta Victoria Villarruel cuestionó al gobierno del socialista Pedro Sánchez durante su participación en un foro internacional sobre terrorismo, a raíz del impulso a una reforma que beneficia a presos de la disuelta organización extremista vasca ETA. “Mientras estamos aquí reunidos, decenas de terroristas etarras se benefician de la reducción de sus penas gracias a acuerdos políticos”, expresó la vicepresidenta en el evento organizado por las Naciones Unidas en el Palacio de los Congreso de Europa, en la ciudad vasca de Vitoria.
El rey Felipe VI fue el anfitrión del acto. Villarruel conversó informalmente con él y posó sonriente en las fotos. “Todos los presentes compartimos algo en común: no son solo víctimas del terrorismo de una nación, sino víctimas del terrorismo en general”, dijo.
La alusión crítica a Sánchez alude a la ley que se trata en estos días en el Senado español, por impulso del gobierno de Sánchez, que permitiría convalidar a los presos de ETA las penas que cumplieron en otro país (sobre todo en Francia, donde muchos de los terroristas de la organización independentista pasaron largas temporadas detenidos). Villarruel, que no mencionó a Sánchez, consideró esa reforma “un nuevo golpe a las víctimas” de la agrupación responsable de más de 800 muertes desde fines de los años 60 hasta el cese de su actividad armada (2011).
En su discurso, Villarruel añadió: “Siempre hay un interés político detrás de cada atentado terrorista y es fundamental reconocer que hay grupos de poder y políticos que justifican el terrorismo”.
Entre los asistentes la oían el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, y el del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Este último funcionario no tocó el tema espinoso que sacó Villarruel y prefirió insistir en “reafirmar el respeto a la dignidad” de las víctimas, “que constituyen una referencia ética y moral”.
El posicionamiento tan frontal de Villarruel contra el gobierno del socialista Sánchez la acerca al presidente Javier Milei, que mantiene un duelo con el líder socialista desde hace meses, y que incluyó duros cruces públicos y acusaciones de corrupción que derivaron en mayo en el retiro de la embajadora española en la Argentina, María Jesús Alonso.
“Tanto Argentina como España y otros países hemos sufrido las acciones del terrorismo, caracterizadas fundamentalmente por las explosiones de bombas instaladas en lugares públicos, con la clara intención de provocar víctimas civiles y someter a la sociedad a un estado de terror e incertidumbre”, sostuvo Villarruel delante de los asistentes al congreso.
Su discurso quedó encajonado entre el de la ministra de la Igualdad de España, Elma Saiz, y el presidente del gobierno vasco, Imanol Pradales.
En línea con su militancia a favor del reconocimiento de las víctimas de Montoneros y otras agrupaciones extremistas de los 70, la vicepresidenta habló de “cuatro décadas de impunidad del terrorismo” en la Argentina y denunció la aplicación de “políticas estatales justificatorias de las acciones de organizaciones armadas responsables de miles de víctimas”.
Y añadió: “Esta larga historia de inequidad ha comenzado a cambiar. Pocos días atrás, en el Senado que presido, se promulgó la ley que reconoce una reparación para 13 asesinados y heridos por terroristas”. Aludía al caso del copamiento del Regimiento de Monte 29 en Formosa, en 1974.
La vicepresidenta llegó el domingo a Madrid y tuvo el lunes su primer día de actividad. Se reunió protocolarmente con el presidente del Senado, el opositor Pedro Rollán Ojeda, y tuvo también una reunión reservada con el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijoó, líder de la oposición a Sánchez. Por la tarde, se trasladó a la cercana Salamanca para una cita con el encargado de la Secretaría General Iberoamericana, el chileno Andrés Allamand. No tiene en agenda reuniones con ningún integrante del gobierno de Sánchez ni del oficialismo.