Luego del emotivo recibimiento que los hinchas de River, organizaron en el estadio Monumental para motivar a su equipo ante Atlético Mineiro en las semifinales de la Copa Libertadores, las autoridades decidieron clausurar temporalmente el estadio. A pesar del apoyo incondicional, el Millonario quedó eliminado, y ahora enfrenta las consecuencias de los excesos en el uso de pirotecnia.
El martes pasado, el conjunto que dirige técnicamente Marcelo Gallardo cayó por 3-0 en el partido de ida en Brasil, y la vuelta en Buenos Aires fue la oportunidad para que los hinchas se hicieran sentir con un espectáculo visual y sonoro. Más de 85 mil espectadores generaron un ambiente único, con bengalas, fuegos artificiales y cánticos ensordecedores.
Sin embargo, el ingreso de pirotecnia está prohibido en eventos de esta índole, y las autoridades no tardaron en reaccionar. La Agencia Gubernamental de Control (AGC) ordenó la clausura administrativa del Monumental para investigar cómo se permitió el ingreso de este tipo de elementos.
Si bien la sanción no afectará el uso del estadio para el partido de la Liga Profesional de Fútbol (LPF) contra Banfield, la directiva del club deberá pagar una multa económica para resolver la situación. Aunque aún no se conoce el monto exacto, la institución de Núñez ya anticipaba esta penalización como parte del costo de ofrecer un espectáculo memorable.
Desde el club explicaron que el objetivo del recibimiento era respaldar a los jugadores y generar un impacto psicológico en el equipo rival, un esfuerzo que tuvo consecuencias, pero que la directiva considera necesario para mantener viva la pasión de su hinchada en momentos decisivos.
Para los aficionados y el club, el recibimiento fue comparable a los que se vivieron en las finales de la Libertadores en 1996 y 2015, cuando el Monumental vibró de una manera similar. Pese a las multas y las sanciones, el evento dejó una huella imborrable en los hinchas, que vivieron una noche histórica. La suspensión del estadio será temporal y no impedirá que River siga defendiendo su localía.