Dos mujeres provenientes del departamento Figueroa cayeron por transportar droga en Salta. Una de ellas logró quedar en libertad y será testigo en la causa que podría llevar a la cárcel a su hermana. Piden 5 años.
El operativo se realizó en la provincia del norte donde les secuestraron 15 kilos de cocaína a una de ellas. Para intentar pasar el control dijeron que se dedicaban a la venta de ropa y electrodomésticos.
Las mujeres en cuestión regresaban de Bolivia hacia el departamento Figueroa donde, supuestamente, se dedicaban al comercio. Las mujeres fueron identificadas como Andrea y Marcela, y declararon que la primera vendía ropa y la segunda, cubiertas.
Los gendarmes montaron un procedimiento en General Pizarro, Salta. Marcela pasó en su coche y Andrea fue detenida. A ella le incautaron 15 kilos de cocaína.
La droga estaba camuflada en el asiento trasero. Los gendarmes encontraron rápidamente el cargamento, bajo las órdenes de la fiscal Josefina Vázquez. La segunda mujer siguió el viaje y comenzó a llamar por teléfono, resuelta en informarse sobre la suerte de su hermana. Pero Andrea, de inmediato fue alojada en el Penal Federal de Martín Miguel de Güemes.
Allanamiento en La Cañada
Dos meses después los gendarmes coparon una casa, en La Cañada en Santiago del Estero. Allí apresaron a Marcela, sospechosa de actuar como su “puntera”. Pero la mujer jura que ignoraba por completo sobre las actividades de su hermana.
Ser “puntera” implica viajar en vehículos por las rutas, delante del transporte de la droga. Su misión es informar al otro conductor sobre el despliegue de las autoridades en la ruta.
Siempre con base en el proceso judicial que se sustancia, se sabe que Andrea acaba de recuperar la libertad, al haberse acogido a la “Ley del Arrepentido”. Las autoridades continuaron con la investigación y fue detenido un tercer santiagueño y conducido a Salta.
Con Andrea “libre”, hoy Marcela continúa alojada en el Penal de Güemes. Asistida por la abogada, Claudia Paz, Marcela ya enfrentó varias audiencias y la Fiscalía delinea los últimos detalles, resuelta en llevarla a juicio.
A tal fin, la fiscal adelantó (en audiencias) que solicitará una condena de cinco años de prisión para Marcela, pese a que la droga le fue incautada a Andrea, quien paradójicamente estará sentada en el banquillo, pero como “testigo”, enfatizaron las fuentes judiciales.
Un celular podría develar un entramado complejo en la causa por droga
La investigación destacaría también un hecho sugestivo. Cuando cayó detenida Andrea, en la ruta 34, los gendarmes le secuestraron los 15 kilos de cocaína, el automóvil, dinero y un celular, que contenía nombres de todos sus contactos (“amigos”) bolivianos, se supo en la causa.
Sin embargo, ese aparato “desapareció” en la causa y misteriosamente fue detectado por las antenas, al activarse y ponerse en funcionamiento, en la provincia de Jujuy. Eso fue denunciado y la Justicia de Salta abrió una investigación.
Esto marcaría la punta del iceberg de manejos extrajudiciales, sobre los cuales la defensa pondría especial interés cuando Marcela sea juzgada. El 30 de noviembre expira la prisión preventiva.