Aerolíneas Argentinas suspendió las negociaciones salariales con los gremios de pilotos, tripulantes y personal de rampa y check-in tras las medidas de fuerza que afectaron sus operaciones en los últimos días. En un comunicado oficial emitido esta mañana, la compañía explicó que la decisión responde a las acciones del gremio de pilotos APLA (Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas), que ocasionaron la cancelación de varios vuelos internacionales de largo alcance, impactando directamente a los pasajeros.
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La aerolínea había retomado el jueves pasado la mesa de negociación salarial con APLA, la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) y la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), luego de más de dos meses sin avances en las conversaciones. En el encuentro estuvieron presentes altos funcionarios de Transporte y de la Jefatura de Gabinete, junto con los líderes sindicales, quienes habían solicitado reiteradamente la reapertura de las paritarias.
El propósito de estas negociaciones era encontrar una solución que evitara mayores perjuicios a los pasajeros. Sin embargo, el conflicto se intensificó cuando APLA, bajo la dirección de Pablo Biró, adoptó medidas de fuerza el fin de semana, resultando en la cancelación de cuatro vuelos internacionales. De acuerdo con Aerolíneas Argentinas, estas cancelaciones afectaron a 2.178 pasajeros en vuelos hacia destinos como Miami, Cancún, Madrid y Roma. Para mitigar el impacto, la empresa reubicó a los pasajeros en vuelos propios, de otras aerolíneas y en vuelos charter contratados para tal fin.
Desde la dirección de Aerolíneas Argentinas se señaló que el sindicato APLA no mostró interés en evitar las cancelaciones. En el comunicado, la compañía afirmó que contaba con los medios para evitar la interrupción de los vuelos, pero que el gremio de pilotos no cooperó en este sentido. Además, en sus declaraciones, la empresa describió las medidas de APLA como una “provocación irresponsable” y señaló que los líderes gremiales utilizaban el conflicto salarial como excusa para llevar adelante una disputa de carácter político, sin considerar el impacto en los pasajeros ni en el funcionamiento de la aerolínea.
La crisis de Aerolíneas Argentinas con APLA se agudizó en las últimas semanas, a raíz de los paros organizados por el sindicato en el Centro de Formación y Entrenamiento de Pilotos de la República Argentina (Cefepra), que opera en Ezeiza. Estos paros interrumpieron la instrucción y renovación de licencias para los pilotos de larga distancia, una capacitación que deben realizar cada seis meses. Como resultado, la aerolínea nacional se vio en la necesidad de operar con una falta de personal calificado para rutas de larga distancia, afectando el servicio en varias rutas internacionales.
Uno de los vuelos más afectados fue la ruta a Miami, que Aerolíneas Argentinas suele cubrir con sus aviones Airbus A330. Ante la falta de pilotos habilitados, la compañía comenzó a utilizar un Boeing 737 MAX en esta ruta, que tiene menor autonomía y capacidad que el A330. Este cambio de avión, que implica una escala adicional en Lima para recargar combustible, sorprendió a los pasajeros, quienes esperaban un vuelo directo y en un avión de mayor comodidad. En el caso del vuelo AR1306, que partió el viernes desde Aeroparque, la aeronave utilizada fue un Boeing 737 MAX, lo que generó incomodidad entre los viajeros.
El conflicto también afectó otras rutas de larga distancia. En las últimas semanas, Aerolíneas canceló vuelos programados a Europa y hacia otros destinos turísticos como Cancún. Ante estas cancelaciones, la aerolínea tomó la decisión de reubicar a los pasajeros en vuelos de otras compañías, como Avianca y Gol, lo que implicó un aumento en los costos operativos de la empresa estatal. La situación se complicará aún más en los próximos meses, ya que la demanda de vuelos suele aumentar considerablemente durante la temporada de vacaciones de verano y las festividades de fin de año.
APLA, por su parte, responsabilizó a la dirección de Aerolíneas Argentinas por la falta de avances en las negociaciones salariales y criticó la gestión de los directivos Fabián Lombardo, gerente general de la empresa, y Juan Pablo Alvarado, subgerente. Según el sindicato, la administración actual no posee la experiencia necesaria para resolver los problemas de la aerolínea y para garantizar el servicio a los pasajeros. Además de la demanda de un aumento salarial del 90% para cubrir la pérdida de poder adquisitivo desde mayo de 2024, APLA denunció el deterioro de las condiciones laborales de sus afiliados.
La reubicación de pasajeros y la contratación de vuelos adicionales suponen un incremento en los gastos de la empresa estatal, que además enfrenta presiones fiscales en el contexto actual. El Gobierno está evaluando la reducción de subsidios a empresas estatales y el Congreso debate actualmente un proyecto de ley que podría recortar el presupuesto de Aerolíneas e incluso abrir la posibilidad de su privatización. Esta situación añade más tensión al conflicto entre la empresa y los sindicatos, ya que una reducción en el financiamiento podría dificultar las negociaciones y limitar la capacidad de la aerolínea para mejorar los salarios de sus empleados.
Por último, la dirección de Aerolíneas Argentinas advirtió en su comunicado que realizará denuncias ante las autoridades gubernamentales y judiciales por el perjuicio económico que las medidas de APLA están generando a la empresa. A su vez, la aerolínea manifestó su “profunda preocupación” por el impacto en los pasajeros, quienes se vieron directamente afectados en sus planes de viaje debido a la cancelación y modificación de vuelos.