La noche del 30 de diciembre de 2004, el boliche República de Cromañón, ubicado a metros de Plaza Miserere, se convirtió en escenario de una tragedia que marcó para siempre la historia de Argentina. Una bengala encendida durante un recital de la banda Callejeros prendió fuego a la media sombra que cubría el techo del lugar, desatando un incendio que se cobró 194 vidas.
Entre ellas, la de Valeria Santillán, una joven de 22 años que había acudido al recital invitada por amigos. La joven, hija de santiagueños, prefería el chamamé, la cumbia o el cuarteto, pero esa noche decidió cambiar de planes.
Veinte años después, Juan Carlos Santillán, su padre revive con angustia cada detalle de esa noche. En una entrevista exclusiva con Info del Estero, Santillán recuerda a su hija, habla de la (in) Justicia, el uso político de la tragedia y la serie estrenada recientemente en Amazon.
“El recuerdo que tengo de Vale es el mejor, era la que más me seguía, la que más estaba pegada junto a mí. Eso se extraña…”, dice con voz entrecortada. Se van a cumplir 20 años de la tragedia, pero el recuerdo sigue intacto. “Está en el pensamiento siempre, en el dolor como padre que lo llevo adentro…”, describe.
¿Quiénes fueron los responsables?
Juan buscó justicia, tal y como lo hicieron la mayoría de las familias, pero asegura que no la encontró. “Jamás hubo justicia porque ninguno de los responsables está preso”, remarca. Para él, y otros padres los responsables fueron los músicos de Callejeros, más precisamente Patricio “Pato” Fontanet (cantante de la banda) y Diego Argañaráz (mánager).
“Pato se hacía el loco cuando lo querían meter preso. Se internaba en un neuropsiquiátrico, después seguía cantando porque es caradura hasta hoy”, asevera Santillán. “Seguí todo el proceso para que sean condenados, pero en Argentina, la corrupción mata”, señaló.
Argañaráz cumplió 5 años en el penal de Ezeiza y pasó a libertad condicional. Fontanet fue condenado a 7 años de prisión y en 2018 recuperó la libertad. Pasó un tiempo en un neuropsiquiátrico, y en la actualidad continúa con su banda de rock a la que le cambió el nombre.
Otro de los sindicados como responsables de la tragedia fue Omar Chabán, el dueño del boliche. Para Santillán, el empresario “era un perejil”. Fue el que recibió la condena más alta: 20 años. Falleció en 2014 debido a un cáncer.
“Cuando se allanó el hotel donde estaban Argañaráz y el Pato tenían valijas con bengalas. Hay un video donde la madre de Fontanet repartía bengalas desde el escenario”, comenta Santillán.
Macri metió la cola
La tragedia de Cromañón marcó el fin de la carrera política de Aníbal Ibarra. Al mismo tiempo le permitió a Mauricio Macri saltar del “mundo Boca” a la arena política donde se mantiene hasta la actualidad. Pero no fue el único que estaba interesado en utilizar la ocurrido como “carta” para ganarse su lugar, también lo hizo Elisa Carrió.
Santillán asegura que la búsqueda de justicia pronto se transformó en una lucha de poder “con Macri a la cabeza”. Lilita, fuerte en ese momento de la historia, citó a Juan Carlos porque quería doblegar su opinión sobre los responsables de las muertes. Pero no lo consiguió.
“Cuando esto se politizó hubo ofertas que jamás aceptaría por la memoria de mi hija. Eso causó que tenga entredichos con muchos padres, hubo quienes sacaron rédito, pero yo con la frente en alto, conmigo se equivocaron”, añade.
“Muchos chicos, no solamente mi hija pagaron por la corrupción que existe acá”, reconoce. “Los políticos lo que hicieron fue dividir a los padres por eso ninguno fue preso de los culpables, y esto va a seguir quedando como una historia dolorosa para Argentina”, explica.
¿Quién era Valeria?
Valeria Santillán era una joven de 22 años. Se había casado hacía un año atrás, y la noche de la tragedia iba a cenar con su padre. Sin embargo, una invitación de último momento la hizo cambiar de planes. Juan Carlos jamás imaginó lo que iba a ocurrir después.
“Hablar de esto me quiebra, me sacude porque uno por un hijo sigue teniendo el dolor que jamás se va a superar, mientras uno viva, va a convivir con el dolor, es algo que un padre no puede olvidar y jamás negociar”, reflexiona.
A Vale, como la recuerdan todos no le gustaba el rock, más bien era de escuchar música tropical influenciada por sus raíces santiagueñas. “Al día de hoy tengo muchos recuerdos alegres. Era una chica a la que le gustaba ir al frente, trabajaba para salir adelante”, afirma.
Era madre de dos niños que hoy crecen al lado de su familia y a la luz del recuerdo de haber tenido una madre luminosa.
¿Cómo se enteró de la tragedia?
El incendio causado por una bengala se desató a los pocos minutos de iniciado el show de Callejeros. Esta tradición de “iluminar” los recitales había causado la interrupción del show en varias ocasiones, pero todo siguió como si nada.
A Juan Carlos lo llamaron para avisarle que había un incendio en Once. “Yo estaba cerca, en Caballito, así que me fui a buscarla, la busqué por todas partes, toda la noche…”, rememora. Al día siguiente, alrededor del mediodía, un nuevo llamado lo derrumbó: debía ir al hospital a reconocer a Valeria.
“Estaba como si se hubiera dormido, murió asfixiada y saber eso causa sufrimiento. Fue el peor dolor de mi vida, es el peor dolor de mi vida”, continúa. “Pasó todo en minutos porque hacía media hora, 45 minutos se había ido, no sé si es la vida o el destino…”, continúa.
Cómo se reconstruye después del dolor
Aunque pasaron 20 años, remover esa herida inevitablemente lleva a los recuerdos más tristes. “Lo único ahora es seguir adelante… En ese entonces se salió adelante por los chicos, pero es difícil luchar. Hay muchos papás que desarrollaron enfermedades por el dolor, por el estrés que les causó vivir todo esto, muchos fallecieron…”, remarca.
La serie de Cromañón: “Un negocio”
Recientemente Amazon estrenó una serie basada en la tragedia. Con críticas y elogios se convirtió en la serie más aclamada de este 2024. Juan Carlos aún no la vio, pero tiene una sentencia sobre el uso del dolor de tantas familias para generar dinero.
“No estoy de acuerdo con la serie, porque todo sigue siendo un negocio. Al ver los avances uno vuelve al recuerdo. Es pensar que eso es lo que pasaron, así sufrió mi hija, y eso duele… A ellos no (los productores de la serie), porque ellos hacen plata, pero a los que perdimos hijos nos trae malos recuerdos, cómo sufrió mi hija”, cuenta.
Vale, en el corazón
Para sobrellevar el dolor, a los seis meses de Cromañón, Juan Carlos decidió tatuarse a Valeria. Eligió la foto del casamiento, la misma que compartió con nosotros en esta conmovedora entrevista. “Está del lado del corazón, cuando me vaya, la llevaré ahí conmigo”, concluyó.