A pesar de las arengas de Javier Milei a su propia gestión, los datos de la realidad son crudos. En el último año, el salario mínimo cayó un 28%, el punto más bajo desde 2001, cuando estalló la crisis social y política que derivó en la renuncia de Fernando de la Rúa.
Esta caída se debe a la fuerte suba de la inflación y el alza de tarifas según un estudio elaborado por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
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La bandera del mileísmo sobre el déficit cero está sostenida por una recesión que sigue creciendo al ritmo de los despidos. Este estudio muestra que el grueso de las pérdidas laborales se produjeron entre diciembre y enero de este año. Desde octubre pasado se advierte una mayor pérdida de puestos de trabajo, que a julio sumó diez meses consecutivos.
Entre noviembre de 2023 y octubre de 2024 el salario mínimo ajustado por inflación acumuló una caída del 28%. Las subas salariales escalonadas establecidas por decreto presidencial en marzo y julio no permitieron que el SMVM creciera más que los precios de la economía, ni siquiera en los últimos meses de desaceleración.
El informe coordinado por Roxana Maurizio y Luis Beccaria afirma que el SMVM se encuentra a pesos constantes por debajo del valor de 2001. Esto debido a “la tendencia decreciente previa, conjuntamente con la fuerte contracción de estos meses”.
El salario mínimo sirve como referencia para los trabajos informales o temporales, de baja calidad, que se realizan en la economía. También permite definir el valor de algunas prestaciones sociales, como el ex Potenciar Trabajo que equivalía al 50 por ciento del SMVM.