A la celebración de la Virgen de Sumampa llegan miles de peregrinos a cumplir sus promesas, también familias en busca de consuelo. A lo largo del camino, hay otro grupo, muchas veces invisible que ayuda a los cansados, alcanza un vaso con agua, mantiene limpio el templo y anima cada misa. Ellos son los servidores y misioneros.
En esta ocasión, Info del Estero conversó con Ulises Villarruel, servidor de Nuestra Madre del Consuelo, quien valoró la labor de lo jóvenes. “Este año hemos armado tres grupos de 40 ó 50 personas”, describió.
El pasado 21 de noviembre, cuando se celebró la misa de los peregrinos recibieron a caso 40 mil personas de todo el país. “Ya se sabe que Nuestra Madre es hermana de la Virgen de Luján, entonces la fiesta es muy conocida. Eso atrae a gente de todo el país”.
“Nuestra tarea es prestar un servicio a la sociedad. Hacemos servicio de limpieza, acompañamiento, custodia y además hemos ayudado a los otros grupos de servidores que han venido de otros puntos de la provincia” contó.
Desde Añatuya, a misionar en Sumampa
Otro grupo es el de los misioneros de Añatuya a cargo de Marcelo Ruiz. Ellos llegaron temprano para poder compartir con los jóvenes y vivir la santa misa. Esta no es la primera vez que llegan a Sumampa.
“Dos o tres veces al año venimos, para poder compartir con los chicos. Poder venir aquí para nosotros es un orgullo. Pedimos por los jóvenes para que se puedan sumar a los movimientos parroquiales”, agregó.