Un hecho lamentable e indignante involucra a un oficial de policía. Ocurrió el pasado 24 de noviembre, cuando un hombre, aparentemente ebrio dormía en la calle.
Las cámaras de seguridad registraron cómo, alrededor de las 6:03 horas, el sospechoso encapuchado se acercó a la víctima. El hombre estaba tendido en el suelo, y el policía revisó sus pertenencias para sustraerle un objeto.
Afortunadamente, en el lugar había cámaras de vigilancia, por lo que pudo ser imputado por hurto calamitoso. Esto sucedió en Campo Quijano (Salta), cerca de una carpa bailable, a la altura de la Ruta Provincial 36 y Huaitiquina.
Al notar que algo le faltaba, la víctima regresó al lugar. Eso permitió a las autoridades monitorearlo y alertar a los efectivos policiales.
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Al llegar, los agentes identificaron al hombre robado y detuvieron al sospechoso en las inmediaciones. Aunque el imputado negó los hechos, durante un recorrido por la zona se encontró una billetera con $26.000 y un DNI perteneciente a la víctima, ocultos detrás de un poste.
El acusado, un hombre de 45 años, formaba parte del personal policial asignado a Tareas Internas en la DDP-1 y estaba de franco al momento del incidente. La Fiscalía, encabezada por el fiscal Daniel Escalante, destacó que el delito de hurto calamitoso agravó la situación del imputado, ya que aprovechó la vulnerabilidad de la víctima.
“Su accionar no solo vulneró el patrimonio de un ciudadano en situación de indefensión, sino que contradice los principios y valores que debe representar un efectivo policial”, señaló Escalante.
