El presidente Javier Milei retornará a Argentina en la madrugada del lunes, tras una visita a Italia marcada por una tensa relación con la vicepresidenta Victoria Villarruel, desencadenada por la expulsión del senador Edgardo Kueider.
Desde Roma, Milei declaró la invalidez de la sesión que llevó a la remoción de Kueider, acusando a Villarruel de violar la división de poderes al presidir la sesión del Senado mientras él estaba de viaje. “En el momento en que yo entro de viaje, automáticamente se produce la acefalía, entonces queda a cargo del Ejecutivo la Vicepresidenta”, argumentó el mandatario, insistiendo en que esta acción “violenta la división de poderes”.
Milei también afirmó que la vicepresidenta fue notificada 48 horas antes de su viaje, con pruebas proporcionadas por la Escribanía General de la Nación. Sin embargo, la filtración de chats privados por parte del Gobierno sobre esta notificación ha sido motivo de controversia.
Por otro lado, Villarruel defendió su actuación, asegurando que firmó el acta de traspaso de mando a las 19 horas, después de la sesión en cuestión. Según ella, “hasta que no me traspasan el poder, soy vicepresidente” y subrayó que la notificación formal debe venir del escribano de Presidencia.
Un fuerte mensaje de disciplina fue emitido por Milei en el festival Atreju 2024, donde amenazó con expulsar a los funcionarios que no sigan la línea del partido, usando la frase “Roma no paga traidores”.
La relación entre Milei y Villarruel se ha deteriorado también por las críticas hacia los viajes de la vicepresidenta, que algunos en el Gobierno ven como una campaña personal usando recursos del Senado. La diputada Lilia Lemoine expresó el descontento, indicando que “ya no es la compañera de campaña” que esperaban.