Empezó el verano y las temperaturas se irán elevando progresivamente. Las previsiones climatológicas advierten olas de calor de tres o cuatro días consecutivos en enero, con temperaturas que superarán los 43° C. Algo usual para los santiagueños, pero peligroso para la salud. Por eso es importante estar informados sobre los golpes de calor.
Los especialistas han logrado acuerdos respecto a la población de riesgo representada por los recién nacidos, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. Esto no exime al resto de la población, pero el riesgo es menor en personas sanas.
¿Qué es el golpe de calor?
El llamado golpe de calor es una enfermedad que se genera por hipertermia. A diferencia de la fiebre, en este caso, el aumento de la temperatura corporal es patológico y no responde a una adaptación a una infección o inflamación. Se produce porque la temperatura corporal sube por encima de 40°, un valor en el cual el organismo puede colapsar.
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Se produce por la exposición excesiva a altas temperaturas. La realización de ejercicio en horas de calor o la presencia de enfermedades crónicas hace que con temperaturas más bajas se puedan producir síntomas análogos a los que ocurrirían con temperaturas mayores. Los enfermos más vulnerables son aquellos que padecen insuficiencia cardiaca o renal o con deterioro cognitivo.
La ingesta de medicaciones como diuréticos o bloqueadores beta, habituales en la hipertensión y otros enfermedades cardiocirculatorias, hace que los síntomas puedan aparecer antes. También el alcohol predispone.
Síntomas
Entre los síntomas de esta afección se encuentran la congestión de la cara, dolor de cabeza y cansancio excesivo a la vez que la piel se enrojece y la sudoración aumenta. Es importante detectarlo para buscar resguardo del sol.
Cuando el cuadro clínico progresa, aparece el mareo acompañado de náuseas y vómitos. La piel puede resecarse. El organismo empieza a dar signos de que está colapsando. El pulso y la respiración se aceleran. Es el momento, si no se ha hecho antes, de buscar ayuda médica urgentemente.
Los síntomas pueden aparecer en pocas horas pero también pueden hacerlo de manera mucho más rápida, sobre todo en ancianos y niños.
¿Puede causar la muerte?
El calor extremo impide que el hipotálamo, el centro regulador de la temperatura corporal funcione bien. Y puede conducir a que fallen las funciones respiratoria y circulatoria del cuerpo y se produzca un “shock por calor”. A nivel molecular, las enzimas que regulan las reacciones bioquímicas de la célula también se dañan.
Si el bajo nivel de conciencia no se recupera, el paciente puede entrar en coma. La deshidratación que acompaña al golpe de calor favorece la pérdida de sustancia muscular y que el riñón falle (deje de filtrar). En estas fases, las convulsiones son frecuentes especialmente en los niños.
Prevención
Para evitar que se produzcan todas estas reacciones en cadena, es importante beber abundante líquido, protegerse del sol con sombreros o gorros y usar ropa ligera y holgada para favorecer la transpiración. Y por supuesto, evitar el ejercicio en horas de máximo calor.