Alejado de su familia, Leonardo Cositorto pasó la Navidad junto a sus compañeros de celda en la vieja cárcel de Goya, en Corrientes, donde espera a que se reanude el juicio oral en su contra por presunta estafa piramidal. Los últimos testigos están citados para febrero del 2025, y se prevé que sean menos de 50, ya que se acotó la lista en los últimos días del debate.
Cositorto no estuvo solo en Nochebuena. También celebró con Maximiliano Batista, el número 2 de Generación Zoe, y con Miguel Ángel Echegaray. Según confió “comieron mejor” que todos los días, porque los dejaron pedir empanadas, matambre, arrolladitos y otras comidas típicas de las fiestas de Fin de Año. A las 00, llenaron los vasos de plástico con gaseosa y brindaron por la absolución, ya que ellos juran ser “inocentes”.
El pabellón donde pasa sus días, dentro de la Unidad Penal N° 8 del Servicio Penitenciario de Corrientes, lo comparte con otros siete internos. “Tenemos buen comportamiento y por eso se nos permitió hacer todo esto”, explicó sobre la cena de Navidad, que podría repetirse el 31 de diciembre.
Los imputados estarán alojados en ese penal hasta que termine el juicio, por decisión del Tribunal de Goya. “Nos quedan más de 60 días acá, en un lugar más precario de donde estábamos antes”. Es que, previo al inicio del proceso judicial, estaban presos en el penal de Bower, en Córdoba, pero fueron trasladados a principios de octubre. Según él, “la vienen sobrellevando” y están “tranquilos y sosteniendo la demora”.
El hombre también contó que con sus familiares no tuvo contacto más que por mensaje, ya que se trata de una provincia que está alejada de sus afectos, por lo tanto, tampoco recibe visitas. “No tengo mucho familiar, lamentablemente, mi hermano está en Chile y permanece incomunicado, y mi hijo también. Estar lejos nos perjudica en ese sentido”, contó.