
El ritual de comer 12 uvas al compás de las campanadas que anuncian el Año Nuevo es una tradición profundamente arraigada en países de habla hispana como España, Argentina y otras naciones de América Latina. Este acto simbólico se utiliza para atraer la buena suerte y la prosperidad para cada uno de los meses del año venidero.
La tradición, que data de finales del siglo XIX en España, surgió como una práctica vinculada a la abundancia y la superstición. Según algunas versiones históricas, el consumo de uvas durante la celebración fue promovido por agricultores españoles que buscaban dar salida a un excedente de producción. Con el tiempo, la costumbre se extendió a otras regiones y adquirió un significado más profundo.
Cada una de las 12 uvas simboliza un mes del año, y comerlas rápidamente durante las campanadas de medianoche representa un deseo de buena fortuna y prosperidad para cada período.
Cómo se realiza el ritual
El proceso es sencillo, pero requiere preparación y coordinación:
- Preparación de las uvas: Antes de la medianoche, se disponen 12 uvas, que pueden ser peladas o sin semillas para facilitar su consumo.
- Reunión familiar: Los participantes se agrupan alrededor de una mesa o frente al televisor para seguir las campanadas.
- Inicio con las campanadas: Con cada campanada del reloj que marca el cambio de año, se consume una uva, intentando completar las 12 antes de que finalice el último repique.
Dado el ritmo acelerado del ritual, se recomienda tomar precauciones para evitar atragantamientos, especialmente si participan niños o personas mayores. Optar por uvas pequeñas o sin semillas, y practicar previamente el consumo rápido, son medidas útiles para disfrutar la tradición sin contratiempos.