Brenda Agüero, la enfermera imputada por el presunto envenenamiento con potasio de cinco recién nacidos y el intento de homicidio de otros ocho en el Hospital Neonatal de Córdoba, declaró esta mañana durante la segunda jornada del juicio en su contra. En su testimonio, que se extendió por casi una hora, la acusada reiteró su inocencia y respondió preguntas de índole personal.
“Hoy no podría volver a tocar a un niño”, afirmó Agüero, quien señaló haber sido agredida dentro de la cárcel debido a la exposición mediática del caso. Aunque admitió que las muertes de los bebés ocurrieron, negó cualquier relación con los hechos.
“Las muertes de los bebés existieron, de eso no hay duda, pero no puede ser que me sigan bombardeando a mí como la culpable de todo eso”, expresó. Además, calificó la situación como una pesadilla que destruyó sus sueños profesionales.
“No podría volver a hacer lo que tanto quería y por lo que tanto luché. Hice de todo por entrar a un área que hoy no podría trabajar. No puedo creer que el lugar que tanto amaba me haya arruinado la vida”, sostuvo, visiblemente afectada.
Agüero también manifestó sentirse injustamente atacada por las acusaciones y rechazó los señalamientos que cuestionaron su salud mental. “Me hicieron muchísimo daño. Salieron a decir un montón de cosas que no eran ciertas, como que era paciente psiquiátrica. Me realizaron ocho pericias, y en ninguna salió nada de lo que decían”, afirmó.
Un sueño profesional truncado
Durante su declaración, Agüero relató el arduo proceso que atravesó para ingresar al área de Neonatología del hospital.
“En medio de todo lo que estaba buscando apareció el Materno Neonatal, y quedé enamorada de ese hospital. Quería trabajar ahí”, recordó.
La enfermera explicó que tras recibirse, dejó su currículum semanalmente y mantuvo contacto constante con Recursos Humanos hasta que finalmente fue llamada para una entrevista. “Así fue como ingresé al hospital, donde trabajé hasta el día de mi detención”, señaló.
“Recibí muchos ‘no’ antes de ingresar, pero yo quería hacerlo. Estaba fascinada con ese hospital”, concluyó Agüero, quien ahora enfrenta uno de los momentos más críticos de su vida.
La culpa de los medios
La enfermera apuntó contra los medios por la construcción de la imagen que se hizo en su contra y remarcó que jamás le haría daño a nadie.
“No entiendo cómo una persona sana que nunca tuvo problemas que de pronto salga a matar. Los periodistas inventaron esa imagen, gracias a eso yo me veo en ese contexto, eso tiene que quedar en claro”, añadió.
“Nunca jamás le hice daño a nadie y mucho menos a un niño, de hecho siempre luché por ingresar a un lugar donde pudiera atender a esos pacientes, a Neonatología”, continuó.
De igual manera, la mujer explicó por qué aceptó hablar en esta jornada, aunque sin responder preguntas específicas del caso y del expediente.
“Dije que voy a declarar, pero como dijo mi abogado, yo tengo el expediente de manera virtual y me lo entregaron hace pocos días pero quiero hacerlo”, dijo ante una pregunta del Tribunal.
Según detalló el diario La Voz del Interior, el abogado querellante, Carlos Nayi, tomó la palabra e indagó en datos personales sobre su profesión y las tareas que realizaba. Además, reveló que está estudiando abogacía dentro de la cárcel.
“Esta es la posibilidad que tengo para defenderme, me dieron de todos lados, me atacaron de todos lados, voy a buscar herramientas para defenderme”, señaló.
Además confirmó que lleva adelante tareas de artesanía dentro del penal. “Tengo creencia religiosa, dentro del Servicio Penitenciario hay iglesia católica y a esos lugares he asistido”, respondió.
La mujer está acusada de intoxicar con potasio a los recién nacidos. Según la acusación, lo hizo para sobresalir en su trabajo por encima de sus compañeros.
La teoría de los fiscales de juicio Sergio Ruiz Moreno y Mercedes Ballestrini apunta que la presunta asesina les inyectó insulina y potasio a 13 bebés. A los únicos dos que les practicaron autopsias les encontraron altos niveles de ambas sustancias en los exámenes toxicológicos, con aplicaciones exógenas e inoculaciones erráticas, según consta en la investigación que tuvo a cargo el fiscal Raúl Garzón.
La investigación, además, descartó que la muertes haya sido accidentales. Además de Agüero, se espera que declaren los otros 10 acusados.