La Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó esta semana que el 23% del área sembrada con maíz en Argentina presenta condiciones hídricas regulares a malas, mientras que la proporción de cultivos en situación desfavorable aumentó cinco puntos en la última semana, pasando del 4% al 9% a nivel nacional.
La siembra de maíz con destino a grano cubrió el 91,6% del área proyectada para la campaña 2024/25. Según el informe, la falta persistente de lluvias sigue deteriorando la condición hídrica, aunque los cultivos sembrados en fechas tempranas en el este de la región agrícola mantienen buenas perspectivas de rendimiento. Sin embargo, los lotes de siembra intermedia enfrentan estrés hídrico y pérdida de potencial productivo, ya que atraviesan la floración en un contexto de altas temperaturas y escasez de agua.
EL CASO DE LA SOJA
En el caso de la soja, la siembra cubre el 97% de las 18,4 millones de hectáreas proyectadas, con el 87% de los cultivos en condiciones normales a buenas. A pesar de ello, se registró una caída de 4,4 puntos en la proporción de áreas con condición hídrica adecuada a óptima debido a la falta de precipitaciones, con excepción de Córdoba, el norte del área agrícola y el sudeste bonaerense.
El 47% de la soja de primera inició sus estadios reproductivos, lo que subraya la necesidad de lluvias en el periodo crítico para sostener el rendimiento potencial en las principales regiones productivas. Por su parte, la soja de segunda alcanzó un 95% de avance en la siembra, aunque el sur de la zona núcleo pampeana presenta dificultades en el establecimiento de plantas debido a la falta de humedad superficial.
LA SITUACIÓN DEL GIRASOL
En el norte argentino, los primeros datos de cosecha de girasol muestran rendimientos cercanos a los 20 quintales por hectárea (qq/ha). En el centro del área agrícola, el cultivo avanza desde la floración en adelante, aunque se reportaron casos aislados de enfermedades fúngicas. En el sudoeste bonaerense, la falta de lluvias dejó al 12% de los lotes con una condición regular a mala, mientras que el sudeste bonaerense registra condiciones mayormente normales a buenas gracias a mejores reservas hídricas.
En cuanto a los cultivos de invierno, la cosecha de trigo está próxima a finalizar con un rendimiento promedio nacional de 30,4 qq/ha. La cosecha de cebada ya concluyó con un rendimiento medio de 39 qq/ha, una cifra inferior en 3,8 qq/ha a la campaña anterior y 1,4 qq/ha por debajo del promedio de los últimos cinco años.
