Viaje a Venecia, de Enrique Breccia, contiene tres historias, con guion de Bárbara Pilon: dos historietas y un cuento ilustrado. El delirio de Fra Mauro, la primera de las historias, habla de un fraile del siglo XV que, desde su claustro y casi sin haber viajado, trazó el primer mapa de Europa.
La segunda historieta es una fábula sobre el último día de vida de un pescador de “moeche”, el cangrejo de la laguna veneciana.
La tercera no tiene formato de historieta: son 6 ilustraciones sobre el viaje del navegante Pietro Guerini (s.XV) que naufragó y llegó por casualidad a la isla noruega de Rost donde pescan y preparan el bacalao seco que hoy es uno de los platos típicos de Venecia.
El libro Viaje a Venecia fue el resultado de un proyecto conjunto entre la asociación cultural Venezia Comix, la editorial veneciana Remer Comics y el Municipio de Venecia. De hecho, para su lanzamiento el Museo Nacional de Villa Pisani abrió por primera vez sus puertas a la historieta presentándose allí el libro junto con una exposición de originales de Enrique Breccia.
El Palacio en cuestión es un sitio con mucha historia: construido en el 1700 por los Pisano, familia prominente de Venecia, está ubicado en la localidad de Stra, en el Véneto. En el 1800 fue propiedad de Napoleón Bonaparte, y se convirtió en museo en 1884.
Enrique Breccia acumula distinciones y honores en el exterior, mientras que su obra en Argentina no tiene la misma repercusión; en el plano institucional porque el reconocimiento del público sí lo tiene.
Desde finales de la década del 80, no trabaja para editoriales nacionales, y no es por decisión suya. Desde entonces sólo ha trabajado para el mercado europeo y estadounidense.
Por lo tanto, esta primera edición argentina de Viaje a Venecia hace algo de justicia, y con una obra que el mismo autor define como “de lo mejor que hice en estos últimos 20 años”.
En su versión argentina, a cargo de la editorial Doedytores, el libro incluye otros trabajos de Breccia: en una parte algunas “grandes historietas injustamente olvidadas”, en palabras del editor, Javier Doeyo, y una tercera parte dedicada a su colaboración con diversos guionistas en unitarios de diferente registro.
Para presentar El Cazador del Tiempo, el editor eligió las palabras usadas por la revista Fierro donde se publicó en 1985: “El regreso del dibujante al mecanismo del héroe itinerante que se mueve en un espacio libre y tropieza con la aventura. A mitad de camino entre dos series memorables realizadas a fines de los setenta —el popularísimo Alvar Mayor y la increíble invención de Los Viajes de Marco Mono—, las aventuras de este jinete cazahombres nacen bajo el signo del humor y la ironía, dos elementos no fácilmente digeribles para los convencionales consumidores de prototipos. Dos factores imprescindibles —siente Enrique— para poder abordar sin rubores el transitadísimo sendero de la aventura sin solemnidad ni aburrimiento”.
Le sigue el cuento Reunión, sobre el cual el propio Breccia dijo: “Reunión, escrito por Julio Cortázar en 1966, pertenece al volumen Todos los Fuegos el Fuego y es, de toda su obra, la más cercana a mi sensibilidad. Es un relato contado en primera persona por Ernesto Guevara, cuando todavía no era el Che. Un relato de acción y reflexión, de presente crudo y de recuerdos del pasado que Cortázar no aclara si son producidos por la mente del narrador o por la fiebre y el asma que lo acosan. En mi versión incluí viñetas intercaladas con imágenes del culto afrocubano de la Santería, que no están en el cuento de Cortázar, pero que me pareció que agregaban a la odisea humana un sentido mágico vinculado específicamente a la gente y su tierra donde se desarrolla la acción”.
En cuanto a los trabajos de diferentes registros, la edición incluye el Blas Milmuertes, con guion de Carlos Trillo. Se trata de un unitario aparecido en la revista SuperHumor, comedia negra en la línea del inolvidable Marco Mono.
También se incluyen dos historietas publicadas en la revista Jotapé, a finales de los años 80, porque, señala el editor, “impresiona ver la vigencia que tienen, hoy en día, estas historias de hace 35 años”.
Vida de Perros es otra inédita en Argentina. Realizada en 1980 y publicada en italiano.
Por último; Un Viejo, un Tiburón, un Amor, publicada a mediados de los 80 y elegida por girar en torno a uno de los íconos del Breccia artista plástico: el tiburón.
Cuando se presentó Viaje a Venezia en Villa Pisani, en abril de 2022, Enrique Breccia fue presentado como un “maestro de la historieta argentina (que) realiza un doble homenaje a la ciudad”: con la presentación de su última obra y la inauguración de la muestra.
“Además de su originalidad, que la vuelve única en el mundo, siempre me ha impactado el enorme peso de su herencia histórica como puerta entre Oriente y Occidente”, dijo Breccia en aquella ocasión en referencia a Venecia. “Las historias que componen el volumen están dedicadas a protagonistas de la historia veneciana. Son páginas muy trabajadas y que han llevado tiempo, no solo para diseñarlas sino sobre todo para tratar de reflejar estados de ánimo. En las tres historias, hay un profundo sentido poético y humanístico que representa un verdadero desafío para la interpretación gráfica. Eso me ha gratificado y estimulado muchísimo”, dijo.
Ahora, el público argentino podrá apreciar esas historias y retomar contacto con un artista que hace mucho no publica trabajos nuevos en el país.