Javier Milei y Kristalina Georgieva protagonizaron un encuentro donde los elogios al “tremendo progreso” de la economía argentina compartieron espacio con las ineludibles demandas del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La cita en Washington, que se extendió por 75 minutos en un hotel cercano a la sede del organismo, tuvo como eje un nuevo acuerdo financiero que promete alivios millonarios, pero también desafíos que no serán fáciles de sortear.
“Fue una excelente reunión”, declaró Georgieva a la prensa al salir del hotel. La economista búlgara destacó que “la inflación está bajando, la pobreza disminuye y los argentinos comienzan a ver los frutos del programa”. Una frase que, de tan optimista, podría generar escepticismo en quienes enfrentan el precio del pan cada día.
Sin embargo, no todo es celebración. El FMI insiste en que Argentina debe desmontar el cepo cambiario y adoptar un tipo de cambio más flexible para acumular reservas, condiciones que el gobierno libertario de Milei comparte en el largo plazo, pero prefiere postergar hasta consolidar las frágiles cuentas del Banco Central.
Por ahora, la estrategia oficial pasa por asegurar un desembolso extra del Fondo, que podría alcanzar hasta 20.000 millones de dólares. Este colchón financiero permitiría implementar los ajustes sin mayores turbulencias. La propuesta tiene un respaldo clave: el de Donald Trump, el presidente entrante de Estados Unidos, cuya influencia en el FMI es tan grande como previsible.
Excellent meeting with President @JMilei amid Argentina’s remarkable transformation- deficit wiped out, inflation down, and growth rebounding with strong prospects ahead. We are working toward a new program to support a vibrant economy for the prosperity of the Argentine people. pic.twitter.com/NRjNeSvwtp
— Kristalina Georgieva (@KGeorgieva) January 19, 2025