En una revelación que ha generado sorpresa, Elon Musk no es el director del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Estados Unidos, sino que actúa como asesor del presidente Donald Trump, según confirmó Joshua Fisher, director de la Oficina de Administración de la Casa Blanca, en una declaración judicial. Fisher aclaró que Musk es considerado un “empleado especial del gobierno” y no un funcionario de carrera, desempeñándose como “asesor principal del presidente”. Musk no tiene autoridad formal para tomar decisiones gubernamentales, su papel está limitado a aconsejar y comunicar las directivas presidenciales.
Esta aclaración oficial se hizo pública el mismo día que Trump y Musk dieron su primera entrevista conjunta en Fox News, programada para ser transmitida esta noche a las 23:00 hora argentina. Durante la entrevista, Trump defendió su colaboración con Musk y ridiculizó las afirmaciones de que el magnate controla el poder estadounidense, sugiriendo que tales comentarios son un intento de sus opositores para sembrar discordia.
La declaración de Fisher surge en el contexto de una demanda presentada el 13 de febrero por 14 estados, incluyendo Nuevo México, contra Musk, Trump y el DOGE, argumentando que Musk está ejerciendo un papel que excede sus funciones oficiales.
Musk ha sido una figura prominente en las primeras semanas del mandato de Trump, incluso apareciendo en eventos claves en el Despacho Oval, como el anuncio de una significativa reducción en la administración pública. Sin embargo, su posición oficial no es la de administrador del DOGE, sino un asesor de la Casa Blanca.
El DOGE fue establecido por un decreto de Trump con la misión de “modernizar la tecnología y el software federal para maximizar la eficiencia y productividad del gobierno”. Aunque Musk ha sido visto como el impulsor de este departamento, su nombre y la conexión con Dogecoin, una criptomoneda que Musk apoya, parecen haber causado confusión sobre su rol exacto.
