
“Para Mama Antula, la principal preocupación eran los campesinos, los esclavos, los indios. Esa es la comunidad que a ella la mueve a peregrinar y a volver con los Ejercicios Espirituales”, recuerda la Lic. Cintia Suárez, periodista y escritora, biógrafa de Mama Antula y mejor conocedora de su vida y obra.
Si hoy tuviera que rescatar un mensaje, de los tantos que la primera santa argentina dejó, habla primero de la firmeza con la que se inclinó y abogó por los más desprotegidos en la sociedad colonial. Una reflexión que también el Papa reclama a estas épocas en las que la indiferencia, el descarte y el individualismo parecen ser consigna.
María Antonia de Paz y Figueroa se impuso no solo ante las miradas peyorativas, sino que fue contra las normas de ese entonces por una causa común. “Como ella era una mujer tan innovadora, rebelde y, como decía el Papa Francisco, llevaba adelante una ‘actividad clandestina’ que era la de continuar con los ejercicios espirituales de los Jesuitas, a pesar de la prohibición en el 1767 por parte del Rey Carlos III y del Papa San Clemente XIV”, explicó Suárez.
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Es decir, que puso en riesgo su vida por sus convicciones; algo muy digno de destacar y de aprender. “Arriesgó su vida por lo que eran sus convicciones, su fe y no para beneficio propio, sino para la comunidad de ese momento y, en particular para las clases sociales marginadas o excluidas en un contexto colonial donde había marcadas diferencias sociales”, precisó la también profesora de la UNSE.
Diversas investigaciones la llevaron a descubrir que “para Mama Antula, la principal preocupación eran los campesinos, los esclavos, los indios”. “Esa es la comunidad que a ella la mueve a peregrinar y a volver con los Ejercicios”, dijo la escritora y puso en valor la acción de la religiosa “en un mundo, en una sociedad actual donde la persona es ‘descartada’, como dice el Papa Francisco, o que va ‘descartando’ a los que no le sirve, dejándolos de mirar y se olvida de que son personas y tienen una dignidad”.

“El de Mama Antula es el mensaje de una mujer que se ocupa de aquellos que la sociedad quiere ocultar o margina. Me parece que su nombre, para nosotros los santiagueños, encierra ese rol materno”, consideró. Esto en cuanto al “reconocimiento del pueblo” hacia la mujer “dentro no solamente de la iglesia, sino de la comunidad, de la familia, de la sociedad”.
En este sentido, planteó que las mujeres suelen ser quienes se ocupan de los enfermos, de los niños, de los ancianos… De modo que su reconocimiento “pone en el centro la figura de la mujer” y “toda la capacidad que tiene para salir adelante”. “Recordemos que ella hizo todo sola. No había ningún hombre, ningún obispo que la ayude, estaba acompañada de otras mujeres. Me parece que ese mensaje es muy actual y propone a las mujeres seguir adelante y no quedarse sin hacer nada porque siempre hay algo que hacer”, reflexionó.
Muestras de fe
La figura de Mama Antula recorrió toda Argentina, gracias a los mismos fieles. Para la Lic. Suárez no son extrañas las muestras de devoción por la santa, pues siempre creyó que en algún momento “iba a aparecer este fervor”. “Ella en vida era una persona de consulta de la sociedad colonial, en particular porteña, pero también una persona que, a pesar de vivir en Buenos Aires siempre estaba en contacto con Santiago del Estero. Entonces, tarde o temprano esto iba a llegar”.
Eso sí, pasaron muchos años desde 1905 en que se inició su causa hasta en 2024 cuando fue canonizada. “Pero fue un tiempo en que se mantuvo vigente la devoción principalmente en Santiago del Estero, donde se ha sostenido a lo largo de todo este tiempo y de generación en generación, gracias a la tradición oral y particularmente de las localidades del interior, como Silípica”, afirmó.
Bergoglio, “uno de los primeros devotos”
Claramente, una de las personas que más injerencia tuvo en la beatificación y posterior canonización de Mama Antula, fue el Papa Francisco. Pero Suárez, lo considera “uno de los primeros devotos”, ya que antes de ser nombrado padre de iglesia del mundo, su reconocimiento a María Antonía era evidente.
Cuando Jorge Bergoglio era arzobispo primado de Buenos Aires, “en 1999 él personalmente se ocupó de reactivar la causa y de poner en vigencia de nuevo este proceso de beatificación y canonización”. Pero, al no haber imágenes ni objetos que colaboraran con el relato, él portaba una única estampita de la religiosa.
“Con eso empezó a movilizar de nuevo la figura de Mama Antula y ya después, como Papa siguió con el proceso y fue quien la canonizó”. Pero no solo eso, la investigadora repara en el detalle no menor de que el Sumo Pontífice “decidió honrarla” con una ceremonia solo para ella, dentro de la Basílica de San Pedro, “algo que no es común, porque, en general, los santos se canonizan en grupo”.
“Creo que ahí queda demostrado su cercanía a la figura de Mama Antula porque ella fue la continuadora de la obra de los Jesuitas y él, por supuesto, que es un sacerdote y Papa Jesuita”, reflejó.
Más gracias
Suárez señaló que los milagros de Mama Antula, “técnicamente considerados como tales son los dos que se comprobó por el Vaticano”. El de 1905 con María Rosa Vanina, una hermana de la Santa Casa de Ejercicios que sufrió una sepsis. Los médicos decían que no había nada por hacer para salvarla, pero un grupo se congregó en una novena para pedir la intercesión de la ahora santa de Villa Silípica y la religiosa que se encontraba muy enferma logró sobrevivir.
“El otro milagro es la curación también inexplicable para la ciencia de Claudio Perusini, este hombre santafecino que en el 2017 se enfermó de manera severa y a su esposa le dijeron que había que esperar lo peor. Le entregaron la ropa y la alianza de él en el hospital; no había nada más para hacer. Ahí se inicia una novena pidiendo su recuperación con la intercesión de Mama Antula y este hombre sale adelante, con el tiempo se recupera completamente. Hoy sigue vivo y ese fue el milagro que permitió la canonización”, recordó.
No obstante, a lo largo de todos estos años, “muchas personas, particularmente mujeres” aseguraron recibir la ayuda de la santa. “Se han acercado a Mama Antula y le han pedido para ser madres o ante situaciones de dificultad económica, dicen que las ha ayudado. Entonces, también hay otras gracias que no son milagros, pero que sí surgen paralelamente a lo largo de este tiempo”, detalló la escritora.