¿Testaferros y maniobras corporativas internas en el rubro energético?

Transnoa SA es la compañía responsable del transporte de energía eléctrica en las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca. De ella depende que más de 5 millones de argentinos cuenten con electricidad en sus casas, fábricas y comercios. Una sospechosa trama en torno a su accionista mayoritaria y controlante (Elecnorte) SA, genera preocupación.

En Elecnorte el 22% de las acciones vienen pasando de mano en mano mediante maniobras irregulares, empresas opacas, dinero de origen desconocido y personas sin experiencia en el rubro. En la Argentina de los emprendedores, podría pensarse que se trata de nuevos empresarios queriendo iniciarse en el negocio de la energía eléctrica. Pero sugestivamente, se trataría de personas vinculadas a los presidentes de Transnoa (Oscar Dores) y Elecnorte (Diego Castro).

Hasta comienzos del año pasado, el 22% de Elecnorte estaba en manos de Silvina Andrea Formaggio, una monotributista sin antecedentes en el rubro ni capacidad económica probada. Con ese perfil misterioso, se dedicó a realizar denuncias judiciales y administrativas contra la propia empresa y sus accionistas históricos. ¿Buscaría forzar a otros accionistas a vender su participación? No se sabe. Antes de aclarar sus intenciones, “vendió” su parte.

A principios del 2024, de manera sorpresiva, en condiciones extrañas y a espaldas del Ente Regulador de Energía (ENRE), la beligerante Formaggio transfirió sus acciones a una sociedad creada pocos días antes, sin patrimonio ni solvencia económica, dedicada a “inversiones financieras y servicios empresariales”: LATAM Inversores SA. Sus dueños son Roberto Pons y su esposa Hilde Laferla. No sólo son desconocidos en el mercado energético, tampoco tienen antecedentes en el mundo financiero.

Pons, presidente de la compañía, es un hombre de 69 años. A pesar de que figura como integrante de diversas sociedades comerciales desde 2017, su perfil tributario da muestras de una persona sin mayor poder adquisitivo: no se le conocen cuentas bancarias, activos financieros ni empleados a cargo. Por el contrario, está inscripto en la categoría más baja del monotributo.

Su esposa, Hilda Laferla, es jubilada, tampoco tiene patrimonio declarado y en 2023 firmaba cheques sin fondos. Sin embargo, también integra otras sociedades comerciales en rubros de lo más diversos: desde la comercialización de productos de limpieza hasta la venta de servicios informáticos, pasando por reparación de automotores y enseñanza de gimnasia y deportes.

Pons y Laferla conformaron LATAM Inversores SA sin patrimonio, sin fondos propios, sin aportes ni préstamos registrados, y mágicamente se transformó en accionista con el 22% de la empresa controlante de Transnoa SA. Ni la aparición repentina de lo que a todas luces serían prestanombres, ni las graves irregularidades en el manejo accionario de la empresa, llamaron la atención de las autoridades de los organismos de control.

Pero los vínculos siguen: Laferla participa en una de las sociedades (HP Electric SRL) con Agustín Parini, quien a su vez es socio del accionista mayoritario de Elecnorte, Oscar Dores, en otra compañía llamada Evarsa. En Evarsa hay otro accionista, Juan José Cignetti, que puede ser la llave para entender la relación de la señora Laferla con los poderosos empresarios energéticos Dores y Castro.

Cignetti, socio de Dores en Evarsa, manejaba un lujoso BMW prestado. ¿Por quién? Laferla, la insolvente jubilada, que lo adquirió con fondos de origen desconocido para prestárselo. A su vez, Cignetti es también abogado de Dores y también de Castro en una compleja causa penal por evasión tributaria en la que ambos estuvieron involucrados.

El pase de manos del 22% de las acciones de Elecnorte, por normativa, no debería haberse realizado sin autorización previa del ENRE. Sin embargo, ni ese organismo intervino, ni lo hicieron las otras dependencias del Estado interesadas en este tipo de operaciones. No saltaron alarmas en ARCA cuando personas insolventes realizaban operaciones comerciales millonarias, ni llamó la atención de la IGJ la inscripción de sociedades comerciales sin patrimonio para intervenir en el negocio energético, ni la UIF o la PROCELAC pusieron la lupa en las opacas maniobras financieras de estos personajes.

Lo cierto es que estas maniobras permiten, por lo menos, sospechar. ¿Dores y Castro están manipulando las acciones de Elecnorte SA? ¿Estas maniobras esconden que los dos empresarios tienen más control que el que declaran sobre la empresa energética? ¿Cuál es su objetivo y en qué condiciones se encuentra la compañía? Son preguntas que, por ahora, no tienen respuesta.