Lapidaria pericia psicológica para Mauro Icardi en medio de su disputa con Wanda Nara
Las pericias psicológicas de Icardi no lo dejan bien parado.

La conductora Wanda Nara y el futbolista Mauro Icardi volvieron a someterse a pericias psicológicas en medio de su batalla judicial y, en esta oportunidad, los profesionales mostraron preocupación por el bienestar de sus hijas, Isabella y Francesca.

En principio, el escrito solicita que se “inserte en un dispositivo de salud mental interdisciplinario” para el grupo familiar. En cuanto al relato de Nara, fue calificado como “claro y con una lógica organizada” y añade: “El curso y contenido del pensamiento no presentarían alteraciones. Impresiona lúcida y coherente dentro de la entrevista”. 

“Acusa dolor físico, toda vez que se habría sometido a una intervención quirúrgica reciente contraria con los controles médicos por un cuadro de base que cursara leucemia. A través del llanto se presentifica la angustia y sentimientos de impotencia ante el avasallamiento de su ex pareja“, remarca el documento sobre la conductora.

Por su parte, la descripción de Mauro Icardi no se muestra tan a su favor: “De la narrativa se infiere posible déficit en el manejo de la frustración y frenos inhibitorios, conforme la puesta en actos de la imposibilidad en posible ausencia de reflexibilidad y búsqueda de alternativas a la confrontación”.

“De las características relevadas en su infancia surgen marcas de maltrato como forma de posible identificación y consecuente conformación de su subjetividad”, concluye el relato en cuanto a la pericia del futbolista.

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El escrito subraya, sobre las “valoraciones de la situación” que “hay una situación de violencia de género”. Al respecto, el informe sostiene: “Se valora la misma con criterio preventivo como de riesgo medio para la señora Nara, en función del desborde del evento convocante”.

En este sentido, el texto retoma sobre Nara: “El impacto en la calidad de vida, el hecho de priorizar la atención sobre las hijas e hijos que en el contexto planteado la habría llevado a renunciar a su actividad laboral; la fragilidad que revestiría su estado de salud y la ausencia de operatividad asertiva por parte de los miembros del entorno a los fines de desactivar las conductas agresivas e impulsivas expuestas“.

Además, el informe alertó sobre un “riesgo alto” hacia Francesca e Isabella a causa de “su instrumentación como objetos de disputa, la participación activa durante las escenas entre adultos, la emergencia de sintomatología que se aduce; las maniobras físicas de retención de la niña, de Isabellaque habría acabado por configurar una escena violenta; la mención a alterar el centro de vida actual, las recientes verbalizaciones en perjuicio a animales domésticos preciados y el conflicto parental con tendencia a la cristalización en función de la litigiosidad”.

Por tanto se requiere “la inserción del señor Icardi en un dispositivo de salud mental interdisciplinario a los fines de canalizar un malestar que se habría incrementado en su intensidad“. Además, aluden a la “continuidad al tratamiento de referencia”.

Para concluir, los profesionales solicitaron “un espacio de escucha psicológica para las niñas con vistas a un eventual tratamiento”.