Elías Piccirillo, marido de Jésica Cirio tuvo que ser medicado en la cárcel
Piccirilo sigue casado con Jésica Cirio

Elías Piccirilo, marido de Jésica Cirio, detenido luego de ser denunciado por estafa, atraviesa una crisis emocional en la cárcel. Según informó la periodista Mercedes Ninci, tuvo que ser medicado por un brote que sufrió

“Cuando ingresó al penal de Ezeiza, pasó por el hospital, como es obligatorio. Ahí me contaron que lo vieron muy deprimido, muy mal”, afirmó la periodista.

Mientras tanto, la causa avanza con el análisis de los siete teléfonos secuestrados, y las pericias comenzarán esta semana, lo que podría proporcionar nueva información relevante. “Ahí va a haber mucha tela para cortar”, anticipó Ninci.

En Mujeres Argentinas se reveló que la situación de Piccirilo no cambiaría en el corto plazo. El juez encargado de la causa, Sebastián Casanello, se encuentra en Italia, por lo que su lugar ha sido ocupado temporalmente por el magistrado Adrián Ramos.

“Un juez subrogante como Ramos no va a tomar decisiones trascendentales; esperará a que regrese Casanello de vacaciones en dos meses para definir el destino de Elías Piccirilo”, explicó la periodista.

La vida de Elías Piccirillo antes de Jésica Cirio

Elías Piccirilo mantuvo un perfil bajo antes de conocer a Jésica Cirio. Este supuesto empresario comenzó su carrera laboral en una remisería en Florencio Varela, pero en pocos años logró una vida llena de lujos, incluyendo yates, fiestas y vuelos privados. Su rápido ascenso económico generó suspicacias, especialmente cuando se conocieron los oscuros manejos financieros que lo llevaron a la cárcel.

Según la periodista Ninci, Piccirilo operaba un sistema que le permitía obtener dinero para personas necesitadas, acreditándolo en tarjetas de crédito y esperando la devolución con intereses. Sin embargo, este mecanismo terminó funcionando como una estafa piramidal y salió a la luz cuando dejó de devolver 6 millones de dólares.

Además, se le vincula con el negocio del cambio de cheques en el mercado negro, donde, según fuentes del ámbito financiero, “clavó a un montón de gente”. A pesar de su mala reputación entre los conocidos como “cueveros”, pocos estarían dispuestos a denunciarlo, ya que implicaría exponer prácticas ilegales dentro de ese circuito.