
Luego de que la modelo Luciana Salazar apuntara contra su ex pareja, Martín Redrado, el economista volvió a negar la paternidad de Matilda Salazar que fue fruto de un vientre subrogado mientras estaban en pareja, y sostuvo que no debe ninguna cuota alimenticia.
Mientras la modelo toma carrera en la justicia, el economista sostiene que “no hay tal cosa como una cuota alimentaria. No tomen la palabra de cada uno, sino que hay un registro en la justicia en donde está la lista de los deudores alimentarios y no estoy ahí. No hay tal deuda alimentaria”.
“Para mí, es un tema terminado. Me casé, estoy enamorado de mi mujer, de Lulú Sanguinetti, es una gran mujer de la que estoy profundamente enamorado”, continuó Redrado sobre Salazar y, con un gesto de negación con la cabeza ratificó que no es el papá de Matilda.
DESMINTIÓ A SU EX
Respecto a los comentarios de su ex pareja en donde lo acusó de dilatar la causa en la justicia y de no cumplir con los derechos de la menor, el economista acusó de despecho a la modelo: “Cada uno hace el duelo como corresponde. Mi compromiso fue acompañar su deseo que fue muy claro mientras fuimos pareja. Era un deseo de ella, yo acompañé, pero no soy su pareja desde 2018”.
En ese contexto, comparó la “tragedia de Bahía Blanca” -que, a su parecer, mostró “la esencia profundamente solidaria de nuestro pueblo”- con lo que denominó “cultura de la muerte”.
Y siguió: “Sin embargo, por otro lado, emerge también la llamada ‘cultura de la muerte’ que se manifiesta en la promoción de leyes que legalizan el aborto o en impulsar ideologías que contradicen la biología, generando una atmósfera de pesimismo y desaliento”.
“Para la cultura de la muerte los hijos son una carga, y no lo que verdaderamente son: un gran signo de esperanza. Muchas veces, esta atmosfera cultural, y la falta de políticas consecuentes con la persona humana, han generado políticas públicas reduccionistas que promueven una cultura del descarte, alimentando un proceso de deshumanización”, argumentó.
Luego, habló de “políticas públicas”: “Muchas madres en nuestro país, especialmente aquellas en situación de vulnerabilidad, no encuentran el apoyo necesario para vivir sus embarazas con esperanza y alegría. Por eso, necesitamos políticas públicas globales que protejan a las madres y les garanticen a ellas y sus familias”.