Día del coaching ontológico: de qué se trata esta poderosa herramienta

Cada 6 de abril se recuerda el Día del Coaching Ontológico, una fecha en la que se conmemora la creación de la Asociación Argentina de Profesionales del Coaching (APC) en el año 2000. Este día invita a reflexionar sobre los alcances y avances de la profesión, por lo que en INFO DEL ESTERO conversamos con Norma Cadro (COPa), quien hizo un recorrido por los puntos más importantes.

¿Cuál fue el momento decisivo que la llevó a escoger el coaching como profesión y cómo ha influido esa experiencia en su forma de trabajar?

No fue un evento único y dramático, sino más bien una acumulación de instantes donde vi el potencial sin explotar en las personas, incluyéndome. Recuerdo vívidamente una etapa profesional donde me sentía como un engranaje bien aceitado, pero en una máquina que no terminaba de construir mis propios sueños. Observaba a colegas, amigos, incluso a mí misma resignados a medias tintas. Sentía una punzada, una certeza visceral de que había “más”.

No sé si fue amor a primera vista, ya que tiendo a cuestionar lo que se me presenta, pero el amor surgió cuando encontré en el coaching ontológico muchas respuestas y muchas más soluciones. Ahí se produjo el encanto. Descubrí herramientas, preguntas poderosas que abrían ventanas a nuevas perspectivas. Experimenté en carne propia el poder de ser escuchada sin juicio, de que alguien creyera en mi capacidad de encontrar mis propias soluciones.

Esa experiencia personal es el faro que guía mi trabajo hoy. Entiendo la vulnerabilidad que implica el cambio, la resistencia que a veces emerge como un mecanismo de defensa. Por eso, mi enfoque se basa en la empatía profunda, en crear un espacio seguro donde mis clientes se sientan validados y con posibilidades para explorar sus propias “oscuridades” y encontrar sus “instantes de claridad”. No soy la guía que señala el camino, sino la pila para ellos que son linternas, que cuando encuentran esa luz iluminan las posibilidades que ya residen dentro suyo. Mi trabajo es un eco de mi propia transformación, una invitación constante a descubrir la grandeza inherente en cada persona.

Norma Cadro (COPa)

¿Cómo define el coaching y qué cree que lo diferencia de otras disciplinas de desarrollo personal y profesional?

Imaginen el coaching como un jardín interior que todos poseemos. Está lleno de semillas de potencial, algunas ya brotando tímidamente, otras esperando la tierra fértil y la luz adecuada. El coach es el jardinero que, a través de preguntas poderosas y una escucha activa, ayuda a identificar esas semillas, a remover las malas hierbas de las creencias limitantes y a nutrir el crecimiento con estrategias personalizadas. No impone su diseño de jardín, sino que empodera al dueño para crear el paisaje que realmente anhela.

El coaching se centra primordialmente en el presente y el futuro, potenciar lo que ya existe y facilitar el diseño de un futuro “deseado”. Se basa en la premisa de que el cliente tiene las respuestas dentro de sí, y el coach actúa como un catalizador de ese conocimiento interno a través de las preguntas, en un contexto de confianza, responsabilidad y reflexión. Es un proceso de aprendizaje ontológico que genera un desarrollo personal y profesional evidente, donde la responsabilidad del cambio recae completamente en el cliente, con el coach como un socio estratégico en ese viaje. La magia reside en la cocreación de soluciones y en el desarrollo de la autoconfianza para llevarlas a cabo.

En su experiencia, ¿cuáles son los principales obstáculos que enfrentan sus clientes y cómo los ayuda a superarlos?

En mi travesía acompañando a mis clientes, he identificado algunos “dragones” recurrentes que acechan sus caminos hacia su expansión. Uno de los más comunes es el miedo al fracaso, esa voz interna paralizante que susurra dudas y anticipa resultados negativos. Otro obstáculo significativo son las creencias limitantes, esas narrativas que nos contamos a nosotros mismos sobre lo que somos capaces de lograr, a menudo arraigadas en experiencias pasadas o influencias externas. También encuentro con frecuencia la falta de claridad sobre sus objetivos y valores, navegando sin un mapa claro de hacia dónde quieren dirigirse. Y, por supuesto, la procrastinación, ese arte de posponer lo importante en favor de lo urgente o lo cómodo.

La solución es muy personal y habita en ellos. Pero puedo traer desde mi experiencia personal algunos ejemplos: para el miedo al fracaso, trabajar en resignificar el error como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento, fomentando una mentalidad de experimentación, de creatividad. Para las creencias limitantes, utilizar la indagación, la pregunta poderosa, para descubrirlas, observar en qué se sostienen y reemplazarlas con afirmaciones o declaraciones que abran posibilidades. La falta de claridad se aborda a través de ejercicios de visualización, exploración de valores y definición de metas. Y para la procrastinación, desarrollamos estrategias de gestión del tiempo, identificación de emociones.

Cultivar la autocompasión, celebrar los pequeños avances y mantener el enfoque en su visión, incluso cuando el camino se torna desafiante. Todo tiene que ver con el observador que están siendo y que elijan ser para lograr lo que quieren entrenando sus conversaciones…

¿Podría compartir alguna experiencia o caso concreto en el que el coaching haya generado un cambio significativo en la vida o carrera de un cliente?

Recuerdo con especial cariño un caso, una talentosa mujer que se sentía atrapada en un puesto de gestión que no la llenaba. Era excelente en su trabajo, pero decía que se había estancado, que había relegado la “creatividad” por “seguridad” y expectativas externas. Cuando comenzamos las conversaciones fue porque veía subestimado su trabajo, no había reconocimiento personal hacia sus logros aún teniendo una exitosa carrera, a través de nuestras sesiones, exploramos sus valores más profundos y sus sueños olvidados. Identificamos el miedo al “qué dirán” y la creencia de que no podía tener éxito económico, dedicarse a lo que realmente amaba. Trabajó en esas creencias, en visualizar un futuro donde la creatividad y la estabilidad coexistieron. Definió pequeños pasos concretos, como dedicar tiempo semanal a proyectos personales de diseño y contactar a antiguos colegas para explorar oportunidades.

El cambio no fue instantáneo, pero fue profundamente transformador. Recuperó “la chispa en sus ojos”, la “energía creativa” fluyó nuevamente y comenzó a sentirse más auténtica y conectada con su propósito. Este caso, como muchos otros, me recuerda la profunda responsabilidad y la enorme gratificación de mi profesión.

¿Cómo visualiza la evolución del coaching en los próximos años y qué tendencias considera fundamentales para el desarrollo de la profesión?

Visualizo un futuro vibrante y en constante expansión para el coaching ontológico y en sus intervenciones. Creo que la creciente conciencia sobre la importancia del bienestar integral, el desarrollo personal y la necesidad de adaptarse a entornos laborales dinámicos impulsarán aún más la demanda de coaches ontológicos profesionales. Considero que algunas tendencias serán fundamentales para el desarrollo de la profesión: una mayor especialización con base en lo ontológico, constructivista y sistémico, la integración de la tecnología teniendo presente lo relevante de la empatía y la conexión humana. También un mayor énfasis en la medición del impacto para reconocer y valorar los logros. La integración con otras disciplinas para enriquecer sus herramientas y enfoques.

Mayor profesionalización y regulación para garantizar la calidad y la ética en la profesión, en este sentido es probable que veamos un aumento en los estándares de certificación y la creación de organismos reguladores más sólidos.
Para mi el coaching tiene el potencial de ser un agente para la transformación social desde la valoración, la aceptación, el respeto, la responsabilidad y el compromiso, reconociendo el poder como la capacidad de acción que tenemos, aceptándonos y aceptando a un otro.

Para ello, los coaches debemos mantenernos en constante aprendizaje, adaptarnos a las nuevas tendencias y, sobre todo, seguir cultivando la escucha profunda, la empatía y la pasión por el desarrollo humano.

Pueden encontrar más sobre esta herramienta enviando un mail a contacto@aquiyahoracoaching.com, al teléfono 3855070507, la web www.aquiyahoracoaching.com, en redes sociales: aquiyahorasgo (instagram), aquiyahoracoaching (facebook) o en la dirección: calle San Martín N° 182.