
La investigación por la muerte de Luciana Torres, la joven madre hallada sin vida el pasado 30 de diciembre en su departamento del centro de Santiago del Estero, continúa avanzando con nuevas diligencias judiciales y pericias técnicas claves.
El lunes último, la Justicia procedió al secuestro de dispositivos DVR pertenecientes al sistema de cámaras de seguridad del edificio donde reside Joaquín Cesca, última pareja conocida de Torres. Según trascendió, el objetivo de esta medida es analizar el registro de ingresos y egresos al inmueble, especialmente en las fechas cercanas al fallecimiento de la víctima.
En un marco de total hermetismo, especialistas en informática trabajaron en el domicilio de Cesca bajo órdenes judiciales firmadas por la fiscal Celia Mussi y un juez de Control y Garantías. Además, se supo que el joven habría sido asistido por profesionales en Psicología en el marco de la causa, aunque no se han difundido detalles sobre el contenido de dichos encuentros.
Una de las medidas más esperadas en la causa es la pericia que llevará a cabo Gendarmería Nacional en los próximos días en el 5º piso del edificio ubicado sobre calle Mitre, donde vivía Torres. El procedimiento buscará recrear la posible mecánica de un suicidio, utilizando para ello un muñeco con características físicas similares a las de la víctima. La simulación se realizará en el baño donde fue encontrado el cuerpo sin vida.
La pericia tiene como fin verificar si es posible reproducir las circunstancias que rodearon la muerte de la joven, como parte de una de las hipótesis que manejan tanto la Fiscalía como la querella, a cargo del abogado Sebastián Robles.
En paralelo, los investigadores también trabajan con material genético recolectado en el departamento, mientras continúan tomando declaraciones testimoniales a personas del entorno de la víctima, entre ellas amigas, familiares, personal médico y efectivos policiales.
A pesar del caudal de pruebas reunidas hasta el momento, la causa continúa caratulada como “sumario tendiente a establecer las circunstancias de la muerte de Luciana Torres”, dada la complejidad del caso y la coexistencia de diversas líneas investigativas.
La quinta marcha en pedido de justicia
El próximo viernes 25 de abril, día en que Luciana Torres cumpliría 36 años, familiares y amigas convocan a la quinta marcha en pedido de justicia para esclarecer las circunstancias de su muerte. La concentración será a las 19:30 frente a la Iglesia San Francisco, desde donde marcharán hasta Plaza Libertad, en el centro de Santiago del Estero.

El dolor por la ausencia de Luciana se transforma en fuerza colectiva. En una conmovedora publicación, una de sus amigas expresó la necesidad de alzar la voz por quien ya no puede defenderse. “Nos toca hablar por ella, porque ya no está. Porque no se pudo defender el 30 de diciembre”, escribió. Ese día, Luciana fue hallada sin vida, y aunque en un primer momento se caratuló el hecho como suicidio, días después los peritajes forenses indicaron lo contrario: Luciana habría sido asesinada.
La familia denuncia que desde un inicio el caso estuvo marcado por la desidia judicial. “Todo fue confusión, abandono, excusas: que era feria judicial, que había que esperar”, señalan. A casi cuatro meses de su muerte, la causa continúa sin avances y mantiene la misma carátula inicial, pese a que una segunda autopsia confirmó los resultados del primer informe.
“Nunca bajó los brazos, por ella y por sus hijos“
Las personas que la conocían aseguran que tenía proyectos y sueños por delante. “Quería teñirse el pelo para arrancar más diosa el año nuevo. Planeaba un viaje para comprar mercadería, quería vacacionar con sus hijos. Tenía muchos planes a corto y largo plazo”, recuerdan. En los días previos a su fallecimiento, había compartido un fin de semana con amigas, lleno de risas, brindis, mimos y promesas.
Lejos de la imagen que se quiso mostrar de ella, sus amigas la describen como una mujer fuerte y resiliente, que atravesó una separación, enfrentó la enfermedad de su hijo menor cuando tenía apenas un mes de vida, se reinventó laboralmente y siempre buscó salir adelante, por ella y por sus hijos. “Cuidaba a sus hijos como una leona. Jamás se rindió”, relata el posteo.
Este viernes, el reclamo se renueva con más fuerza. “Ese día no podemos festejar su cumpleaños, pero marchamos para pedir que su muerte no quede impune, para que no sea una causa olvidada más”, expresa el comunicado de sus amigas.
La convocatoria está abierta a toda la comunidad. “Hoy más que nunca necesitamos que nos escuchen, nos vean y nos den respuestas. Acompañanos. Hay una familia, sus hijos y muchos amigos que necesitan justicia.”