
Luego de que se conociera la novedad del fallecimiento del Papa Francisco el lunes 21 de abril, surgieron muchas dudas con respecto a quién se encargaba económicamente del féretro. Hay varias sospechas, pero no certezas.
Las principales hipótesis apuntan a que fue “el regalo de un amigo entre los muchos que tenía”. La segunda, sostiene que la pagó él porque era su estilo y podría haber usado las “numerosas donaciones que recibió”.
A ciencia cierta, nadie puede confirmar quién corrió con el gasto del sepulcro que ya está listo en la Basílica de Santa María la Mayor, tal como el Santo Padre lo solicitó. Se trata de una de las cinco basílicas papales de Roma con una estrecha relación con la nobleza española.
Se sabe que el Papa había asentado en su testamento, con fecha del 29 de junio de 2022 que deseaba que su tumba “se prepare en la cripta de la nave lateral. El sepulcro debe ser sencillo, sin decoración particular, con la única inscripción: Franciscus”. El nicho se encuentra en la capilla Paulina, donde se encuentran los restos de San Pío V y Pablo V Borghese.
El féretro fue instalado en el templo este miércoles, luego de los rituales iniciales que siguieron al fallecimiento del pontífice. La fila de creyentes avanzaba constante alrededor del sencillo ataúd. Algunos se arrodillaban o se persignaban en señal de respeto.