Las “diosidencias” de la muerte de Francisco impactan a millones de fieles
papa Francisco

El Papa Francisco falleció el 21 de abril de 2025, en el Vaticano. El día de su muerte, el llamado “Lunes del Ángel”, y otras fechas cercanas despertaron una fuerte resonancia en la comunidad católica, por su carga simbólica en la liturgia y su vínculo con momentos centrales de la vida del pontífice.

El Lunes del Ángel se celebra el día posterior al Domingo de Pascua y recuerda el anuncio de la Resurrección de Cristo hecho por un ángel a las mujeres en el sepulcro. Jorge Mario Bergoglio solía destacar esa figura. En una de sus catequesis, afirmó: “Acudamos a los ángeles en la oración, para que nos ayuden a mantener la mirada en Jesús, nuestra única salvación”.

La muerte del pontífice ocurrió en plena Octava de Pascua, una semana que extiende la celebración de la Resurrección. Francisco solía referirse a este período como el tiempo de “la esperanza pascual”. En 2024, en uno de sus últimos mensajes públicos, había dicho: “Esta es la llamada que debemos sentir con fuerza: hagamos germinar la esperanza de la Pascua en nuestra vida y en el mundo”.

La última aparición pública del Papa fue el domingo 20 de abril. Desde el balcón de la Basílica de San Pedro, dio la bendición Urbi et Orbi. En su homilía, expresó: “Podemos vivir esta existencia frágil aferrados a Cristo, porque Él ha vencido a la muerte, vence nuestras oscuridades y vencerá las tinieblas del mundo”.

MÁS COINCIDENCIAS

El cuerpo del Papa comenzó a ser velado el miércoles 23 de abril, día de San Jorge, onomástico de Francisco. Miles de fieles se acercaron a la Basílica de San Pedro para despedirlo. Durante su pontificado, Francisco mencionó en diversas ocasiones a su santo patrono, especialmente en relación con la lucha contra el mal.

El entierro fue programado para el sábado 26 de abril, víspera de la Fiesta de la Divina Misericordia. Esta devoción fue una de las más promovidas por el Papa desde el inicio de su pontificado. En 2015 proclamó el Año Jubilar de la Misericordia. Su lema episcopal, Miserando atque eligendo, también remite a esta espiritualidad. “La misericordia de Dios es nuestra liberación y nuestra felicidad”, escribió en una de sus exhortaciones.

Una última coincidencia litúrgica también fue señalada: Francisco murió un día antes de la celebración de Santa María Virgen, Madre de la Compañía de Jesús. Esta advocación es especialmente venerada por los jesuitas. En su testamento espiritual, el Papa pidió ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, donde rezaba al inicio y al final de cada viaje apostólico.