El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, presidió este sábado una misa en la Catedral Metropolitana en homenaje al papa Francisco. La ceremonia se desarrolló minutos después de las 10 de la mañana, con la participación de 300 sacerdotes, el nuncio apostólico, funcionarios nacionales y representantes de más de 70 delegaciones diplomáticas.
La celebración cerró los homenajes organizados en la Ciudad de Buenos Aires tras el fallecimiento del Sumo Pontífice. El acto litúrgico tuvo lugar frente a las escalinatas de la Catedral, lugar donde Francisco desarrolló gran parte de su actividad pastoral como sacerdote.
El lunes, día del deceso del Santo Padre, el mismo arzobispo había ofrecido una homilía en la sede catedralicia. En la ceremonia de este sábado, estuvieron presentes dirigentes políticos como Victoria Villarruel, Axel Kicillof y Jorge Macri, entre otros.
Al concluir la misa, se realizó un abrazo simbólico a la Plaza de Mayo y se proyectaron imágenes del pontífice en una pantalla gigante. Desde la madrugada, fieles llevaron adelante una vigilia en el interior de la Catedral, con cantos, velas y banderas, pese a las inclemencias del tiempo.
Durante su homilía, García Cuerva destacó: “Lloramos porque se murió el padre de todos. Lloramos porque ya sentimos su ausencia física”. El prelado también recordó palabras del Papa acerca de la necesidad de recuperar la capacidad de llorar ante el dolor y las injusticias.
En su mensaje, el arzobispo recordó distintos momentos de la vida de Francisco, como su elección como Papa en 2013, su vinculación con los sectores más vulnerables y su constante llamado a la paz. “Desenmascaró proféticamente a varios demonios que hacen sufrir mucho a la humanidad, por ejemplo, el demonio de la guerra”, señaló.
La ceremonia concluyó con un llamado a comprometerse con los valores predicados por el pontífice y a fortalecer los vínculos de fraternidad en la sociedad argentina.
