
Desde hoy, la tumba de Francisco estará abierta al público en Santa María la Mayor, una de las principales basílicas romanas, de 7 a 19 horas y ya hay una gran afluencia de fieles, en medio de estrictas medidas de seguridad.
Mientras tanto, los cardenales que participarán en el cónclave ofrecerán su propio homenaje privado esta tarde, como cierre espiritual previo a la elección del nuevo pontífice.
Desde Buenos Aires hasta otras partes del mundo, los homenajes se multiplicaron. El club San Lorenzo, del cual Francisco era fanático, rindió tributo durante su partido contra Rosario Central, vistiendo camisetas especiales en su honor en el estadio Nuevo Gasómetro.
Concluida la ceremonia, el Vaticano inicia el tradicional “novendiale”, un período de nueve días de duelo y oración en memoria de Francisco, antes del inicio del cónclave.
Aunque aún no se ha anunciado una fecha oficial para el cónclave, ya comenzaron los encuentros informales entre los cardenales. De los 252 miembros del Colegio Cardenalicio, solo 132 son electores activos —por ser menores de 80 años—. La elección del próximo papa se vislumbra crucial: el futuro de la Iglesia dependerá de si se continúa el legado reformista de Francisco o si se opta por un rumbo más conservador.