
Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el papa León XIV dirigió sus primeras palabras al mundo tras su elección, con un mensaje de cercanía y esperanza:
“Queremos una Iglesia que camine siempre, que busque siempre la caridad, cerca de quienes sufren”.
En un gesto de continuidad con el legado de su antecesor, recordó al papa Francisco con un cálido saludo, evocando “su entrega, su ternura y su incansable trabajo por una Iglesia abierta y misericordiosa”.
También habló en español, la lengua que aprendió durante sus años de misión en el norte del Perú, donde sirvió en comunidades vulnerables:
“Dios ama a todos”, afirmó con énfasis, una frase que marca su postura progresista y su voluntad de seguir el camino iniciado por Francisco hacia una Iglesia inclusiva.
Antes de impartir la tradicional bendición “urbi et orbi”, León XIV elevó un pedido por la paz en el mundo, en un momento marcado por conflictos y tensiones globales. Su mensaje, breve pero profundamente simbólico, marcó el inicio de un nuevo pontificado con un fuerte tono de cercanía y compromiso social.