
EL TRIBUNERO
Más similitudes entre Boca y un trencito de la alegría no vas a encontrar. No hay momento de desperdicio en ese paseo repleto de personajes.
Pueden cambiar los disfraces pero el fin es el mismo, hacer reír a los demás. En este caso, los hinchas de los otros clubes. Como decía un amigo mientras otro se enojaba, “hasta Central anda mejor que ustedes”.
Es la realidad bosteros, este año es horrible, andan a los tumbos en el torneo local, de la Copa Argentina no se acuerda nadie, y las copas internacionales no las ven ni de casualidad.
Mientras Riquelme, el presidente e ídolo máximo del club juega un fulbito, se codea con Chiqui Tapia y Domínguez, a la macana pero lo hace, los fanáticos estallan de bronca. Encima les dice que “que no se dejen llenar la cabeza”.
Pasa muchachos que no pueden cargar a nadie, River juega la Libertadores y después del superclásico anda muy bien, Racing hace lo mismo y ya clasificó, Independiente también juega Copa, y encima es el próximo rival en los cuartos, que no se si los van a eliminar.
Cuando el Trencito pasa por la Belgrano, todos miran y se ríen, adentro es una “joda total” y afuera se “cagan de risa”. Bueno, lo mismo pasa en Boca.
Están tan desorientados, que esperan el Mundial de Clubes, como si tendrían chances de ganarle al Bayern Múnich y Benfica. No tienen DT pero nadie les quita la ilusión…(escupí el alfajor hasta por la nariz).