
Luego de 43 años de servicio, Alberto Jiménez o “Chiqui”, como lo conocen en su entorno, acudió hoy a cumplir con su último día laboral en la papelería Basbus. Accedió a la jubilación y era momento de retirarse; por la puerta grande y con una despedida a la altura, ya que su familia y amigos se llegaron hasta el local ubicado en pleno centro de la ciudad para celebrarlo.
“Feliz jubilación”, decía el marco de fotos en blanco y negro que esperaba al trabajador fanático de Central Córdoba, al término de su jornada. De ahí en más, solo hubo festejos, palabras de felicitaciones, el reconocimiento de sus compañeros y la gratitud por los años compartidos.
La papelería fue el primer empleo que tuvo “Chiqui”, aunque no el único. Comenzó a trabajar a los 20 años porque un amigo lo había recomendado ante los fundadores del local, don Raúl y doña “Chicha”. “Tuve el privilegio de conocerlos”, contó a Info del Estero y los recordó como “dos grandes personas”.
A lo largo de toda su trayectoria laboral, nunca tuvo temor de perder el trabajo, porque estaba convencido de que la papelería era “un negocio muy estable”. Es más, en una oportunidad fue él quien decidió dejar la actividad para arriesgarse a buscar nuevos rumbos. Tuvo otros empleos, pero no le fue como esperaba y regresó.
“Hice distintos trabajos, hasta que un día me encontré con uno de los dueños de ahora y me propuso volver a trabajar en la papelería y no dudé un instante. Volví y estuve hasta ahora; ya son 43 años de trabajo y servicio”, comentó.
Su recuerdo del incendio de 2018
Como muchos recordarán, el 25 de marzo de 2018, la papelería ubicada sobre Avenida Belgrano sufrió un feroz incendio que solo pudo ser sofocado después de 30 horas de trabajo de los Bomberos. El fuego consumió todo en el local inaugurado hace más de 80 años en la provincia.
Si bien fueron momentos muy duros, la familia propietaria nunca se rindió. Tampoco los trabajadores, como Alberto que, si bien tomaron la noticia con mucha angustia, sabían que la situación se podía revertir, aunque tuvieran que comenzar de cero.
“Esa noticia fue muy triste. Cuando me llamó un compañero a la madrugada, para avisarme que nuestra fuente de trabajo, la papelería, se estaba incendiando, sentí que una parte mía se iba. Pero con mis compañeros le pusimos el hombro para salir adelante”, rememoró.
“Somos como una familia”
Tras su última jornada laboral, “Chiqui” dijo que extrañará “muchas cosas” de su trabajo. “El día a día con los chicos (compañeros), las charlas que compartíamos, los buenos momentos y no tan buenos también. Ya somos como una familia”, consideró.
Y también a los clientes que cada año eligen al local para comprar los productos que necesitan. “Realmente por ellos, la papelería tiene un buen prestigio y se ha entablado una amistad también con ellos”, indicó el ahora trabajador pasivo.
Finalmente, lejos de renegar de la actividad, a veces muy cuestionada por del público, consideró que los empleados comerciales deberían recibir “de buena manera a los cliente”. “A pesar de los problemas que tenemos a veces, ellos también vienen con problemas”, señaló y sostuvo que es necesario guiar al cliente en lo que buscan “para que se vayan conformes y puedan volver y nosotros sigamos teniendo nuestra fuente de trabajo”, añadió.