
En el corazón del Vaticano, el Dicasterio para las Causas de los Santos cumple un rol fundamental en los procesos de beatificación y canonización, aquellos mediante los cuales la Iglesia Católica reconoce públicamente la santidad de una persona y su ejemplo de vida cristiana.
Este organismo, que forma parte de la Curia Romana, es el encargado de analizar, supervisar y evaluar cada una de las causas que se inician en distintas diócesis del mundo, siguiendo un procedimiento canónico riguroso y detallado.
Funciones principales
El Dicasterio tiene diversas responsabilidades, entre ellas:
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Supervisar el proceso de beatificación y canonización: Revisa todas las actas e investigaciones realizadas en la etapa diocesana (como la recientemente clausurada en la causa de monseñor Jorge Gottau), asegurándose de que se hayan cumplido las normas establecidas por la Iglesia.
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Asesorar a los obispos: Proporciona normas especiales, consejos y orientaciones a los obispos diocesanos y eparquiales que instruyen la causa en su jurisdicción.
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Emitir un juicio de mérito: Luego de verificar que el proceso fue realizado correctamente, el Dicasterio analiza el contenido de la causa y elabora un juicio que será elevado al Romano Pontífice, quien tiene la última palabra sobre la eventual beatificación o canonización.
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Administración del fondo de causas: Vigila el cumplimiento de las normas que regulan el uso de los recursos destinados a sostener estos procesos, garantizando la transparencia y la buena administración.
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Autenticidad de reliquias: Establece los procedimientos canónicos para verificar y declarar la autenticidad de las reliquias sagradas, y se encarga también de su conservación adecuada.
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Doctores de la Iglesia: Le corresponde proponer la declaración de un santo como Doctor de la Iglesia, una distinción especial reservada a quienes, además de su santidad, dejaron una enseñanza teológica o espiritual significativa. Para ello, debe contar con el dictamen favorable del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
Una instancia clave en el proceso
La recepción de las cajas con la documentación de una causa —como ocurrirá próximamente con la causa de monseñor Gottau— marca el comienzo de la fase romana del proceso. A partir de ese momento, el Dicasterio será el encargado de continuar el camino hacia la posible proclamación de un nuevo beato o santo.
Este trabajo es lento y meticuloso, y puede durar años, pero constituye una garantía de fidelidad, profundidad teológica y respeto por la memoria de quienes han sido considerados ejemplos vivos del Evangelio.
En suma, el Dicasterio para las Causas de los Santos es el custodio del camino a la santidad en la Iglesia universal, y su labor continúa siendo vital para reconocer y celebrar la vida de quienes han dejado una huella de fe, entrega y servicio.