
En un nuevo capítulo del caso Libra, el Gobierno nacional decidió disolver la Unidad de Tareas de Investigación (UTI), creada especialmente para esclarecer el escándalo que estalló tras la promoción de la criptomoneda $LIBRA por parte del presidente Javier Milei. La decisión fue formalizada este martes mediante el decreto 332/2025, publicado en el Boletín Oficial y firmado por el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona.
La UTI había sido conformada para colaborar con el Poder Judicial y el Ministerio Público Fiscal, luego de que una serie de movimientos financieros —sospechosamente sincronizados con publicaciones de Milei en la red X— provocaran ganancias millonarias para algunos y pérdidas estrepitosas para otros. Ahora, con la causa aún abierta y la investigación judicial en marcha, el Ejecutivo considera que “la tarea fue cumplida” y dio por concluida la función del organismo.
El decreto afirma que “la información recopilada por la titular de la Unidad de Tareas de Investigación fue remitida al Ministerio Público Fiscal”, motivo por el cual “corresponde disolver la Unidad”. Traducido: se archivó la lupa.
¿Caso cerrado?
El escándalo estalló cuando el propio Milei difundió en redes sociales mensajes promocionando el activo digital, apenas minutos después de que billeteras anónimas —luego vinculadas al equipo desarrollador de Libra— compraran millones en tokens. Esa maniobra provocó que el valor de la criptomoneda se disparara de 0,3 a 4,65 dólares en cuestión de minutos. Luego, como por arte de magia… el derrumbe.
La Justicia aún investiga si existió manipulación de mercado, uso de información privilegiada o conflicto de intereses. Pero ahora deberá continuar sin la colaboración de la UTI, una oficina que duró menos que una criptomoneda inflada a tuits.
Mientras tanto, las dudas crecen
La jueza María Servini ya había solicitado información financiera tanto del presidente como de su hermana Karina Milei, en un intento por trazar el recorrido del dinero. También hubo pedidos de la oposición para reactivar una comisión investigadora en el Congreso, pero hasta ahora sin éxito.
En tres días clave de febrero (14, 15 y 17), billeteras selectas movieron cifras millonarias justo antes de que Milei o sus allegados hicieran publicaciones que hacían disparar el precio de Libra. Luego de cada pico, vino el vacío: los tokens eran vendidos, el precio se desplomaba y los pequeños inversores pagaban el costo.