Silvia, Rosita y Olga tienen una vasta experiencia en el servicio en la parroquia de Santa Rita. Las tres pertenecen a la comunidad de la Virgen del Valle de La Banda y, como cada 22 acudieron a colaborar en el barrio Jorge Newbery para la “patrona de las cusas imposibles”.
Estuvieron a cargo de la santería, donde vieron el incesante movimiento de fieles en toda la jornada. Luego de charlar con algunos de ellos, coincidieron en que hubo un pedido que se repetía: el de un cambio a nivel económico y social. “Venían y le pedían a Santa Rita para por esta situación que estamos viviendo, no solo en la parte económica, sino todo en toda la parte social. Tantas cosas que pasan…”, comentaba Rosa.
Y se sumaba a ese anhelo: “Creo que todos estamos en esa situación de pedir una mejoría para nuestro pueblo, para nosotros, para nuestra familia, para todos”. Silvia agregaba en el caso de ellas, como servidoras está muy presente el cariño por la Santa.
“Yo vengo todos los años (…) me lleva esa devoción y ese amor a la Santita, y porque me hace bien y me siento bien aquí, acompañando y sirviendo aquí en el Santuario, adonde me reciben también tan lindo”, contó.
A su turno, Olga destacó cada 22 de mayo intenta estar presente en la fiesta patronal, siempre dispuesta a dar servicio y ofrecerle a la religiosa “lo que ella necesite”. “Me hace bien, y hace bien estar acompañando y al servicio de ellos”, dijo sobre la comunidad parroquial.
Con el entusiasmo de siempre
Las servidoras destacaron que los fieles se acercaron “con el mismo entusiasmo y el mismo cariño hacia la Santita”. Llevaron flores, estampitas para bendecir, rosarios y demás.
Y, por supuesto “entregaron sus oraciones, sus deseos, sus preocupaciones (…) vienen familias, jóvenes, adultos mayores todos los años. Han venido también con ese entusiasmo y esas ganas de siempre, con mucha devoción porque les alegra y les gusta hasta ver una estampita de la santa (…) se nota la devoción y el amor”.
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