La Fiscalía había imputado en las últimas horas a Joaquín Cesca, expareja de Luciana Torres, por el delito de abandono de persona, al considerar que desoyó reiterados pedidos de ayuda por parte de la joven antes de su muerte. Lo mismo habría ocurrido con la psicóloga Ana Carolina Russo, quien atendía a Luciana, por omisión de auxilio y falta de advertencia sobre el riesgo suicida. Ambos deberán presentarse a declarar entre el jueves y el viernes.
Estas imputaciones se sumarían a la del médico forense Julián Canllo, acusado de falso testimonio. Según consta en la causa, el profesional habría firmado el informe preliminar de autopsia sin haber examinado personalmente el cuerpo de la víctima, lo que constituye una grave irregularidad. La Fiscalía habría acusado que fue un asistente quien realizó la observación, lo que pone en duda la validez del informe inicial.
Luciana Torres fue hallada sin vida el 30 de diciembre en su domicilio de la ciudad Capital. Desde entonces, familiares y organizaciones sociales han pedido justicia por lo que consideran una muerte rodeada de negligencias y falta de contención institucional. Con estas nuevas imputaciones, la investigación da un giro importante en la búsqueda de responsabilidades.
