
La Dirección General Impositiva (DGI), de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), detectó este miércoles un grave caso de trata de personas con fines de explotación en Añatuya. Según trascendió, diez trabajadores del carbón, entre ellos dos menores, vivían en condiciones extremadamente precarias.
Su único refugio eran carpas improvisadas, en las que dormían en pallets y no contaban con acceso un baño. Los empleados, recibían una remuneración de 150 mil pesos, con solo un día de descanso semanal. Además, se les descontaba de esa suma de dinero para su comida.
El operativo de fiscalización de la DGI se llevó a cabo en tres predios rurales dedicados a la producción de carbón vegetal. El personal detectó y denunció que ocho personas mayores de edad y dos adolescentes de 15 y 16 años eran explotados.
En el desolador escenario, los agentes se encontraron con carpas armadas con troncos y lonas, arriba de pallets de madera ubicados sobre la tierra. Al ser consultados sobre sus jornadas laborales y salarios, explicaron que el horario laboral era extenso y que, luego de veinte días de trabajo descansaban cuatro. Les pagaban 150 mil y 200 mil pesos, montos a los que se les descontaban los alimentos que les proveía su empleador.
En el operativo participaron agentes de la Dirección Regional Tucumán, dependiente de la DGI, la Secretaría de Trabajo de la Provincia de Santiago del Estero y el RENATRE (Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores).