
En la tarde de este viernes, una escena tan sorpresiva como emotiva quedó registrada por las cámaras de seguridad de la despensa “Pan y Queso”, ubicada en Belgrano 957, entre San Juan y Rioja, en la ciudad de La Banda. Allí, una empleada protagonizó un gesto que rápidamente empezó a circular por redes sociales y generó un debate: ¿estuvo bien?
Todo ocurrió cuando la trabajadora del local notó movimientos sospechosos de un hombre que, de manera disimulada, se acercó al mostrador y tomó primero una porción de mantecol fraccionado y luego un frasco de aceitunas. Al enfrentarlo, el presunto ladrón rompió en llanto y confesó no tener nada para darles de comer a sus hijos.
Lejos de reaccionar con enojo o llamar a la Policía, la joven optó por un camino inesperado: lo escuchó, fue hasta la estantería y le entregó algunos panificados para que pudiera llevar algo de merienda a su casa. Luego, lo dejó ir sin denunciarlo.
“Me dio pena, me dijo que no tenía qué darles a sus chicos. No sé si era verdad o no, pero sentí pena”, dijo la joven empleada a Info del Estero.
El video generó todo tipo de reacciones. Algunos aplauden la humanidad del gesto y valoran la empatía en tiempos difíciles; otros creen que ceder ante el delito sienta un mal precedente.
Mientras tanto, en la despensa “Pan y Queso”, lo que pudo haber terminado en un escándalo policial, se transformó en una pequeña historia de humanidad que interpela: ¿qué hubiéramos hecho en su lugar? ¿Estuvo bien? ¿Se puede robar por necesidad?