
Juan Manuel Abal Medina (padre), histórico dirigente peronista, abogado, periodista y protagonista de una etapa decisiva en la historia argentina, falleció este domingo a los 80 años. La noticia fue confirmada por su familia al medio Infobae. En sus últimos años, Abal Medina enfrentó una dura lucha contra la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Reconocido por su cercanía con Juan Domingo Perón, Abal Medina fue una figura clave en los años setenta, cuando el General aún se encontraba en el exilio. Desde su rol como secretario general del Movimiento Justicialista, lideró las gestiones que allanaron el regreso del líder peronista a la Argentina, tras 17 años de proscripción y exilio.
De origen católico nacionalista, en su juventud abrazó con convicción la causa peronista, y rápidamente se convirtió en uno de los hombres de mayor confianza de Perón. Su participación fue decisiva en los complejos equilibrios que exigía el movimiento en esa época, al intentar articular las tensiones entre la juventud peronista revolucionaria y el sindicalismo tradicional.
Aunque su hermano Fernando fue uno de los fundadores de Montoneros y murió en un enfrentamiento con fuerzas de seguridad, Juan Manuel Abal Medina nunca perteneció a esa organización guerrillera, aunque sí debió convivir políticamente con su legado y su influencia dentro del movimiento justicialista.
A lo largo de su vida, mantuvo firme su defensa del pensamiento de Perón, intentando desmarcar al líder de interpretaciones que —según él— distorsionaban su ideario. En su libro “Conocer a Perón”, narró con detalles inéditos su cercanía con el General y analizó las luces y sombras de aquellos años de efervescencia política.
“Sentí un enorme vacío”, confesó años atrás al recordar la muerte de Perón, en una entrevista con Infobae. “Preferí tomarme un tiempo antes de ver al General muerto. Necesitaba prepararme yo también. Puede sonar cobarde, pero fue la verdad”.
Los restos de Abal Medina serán despedidos este lunes en una ceremonia íntima en el cementerio de Recoleta, acompañado por su círculo más cercano.
Su muerte marca el adiós a una figura fundamental en el entramado del peronismo clásico, que fue testigo y protagonista de algunos de los momentos más determinantes de la historia contemporánea argentina.