Ni vacaciones, ni ahorro: 3 de cada 10 argentinos usarán el aguinaldo para cubrir necesidades básicas

Junio y diciembre suelen ser meses de “alivio” económico para los trabajadores en relación de dependencia, gracias al cobro del medio aguinaldo. Sin embargo, este año no aparece como un dinero extra en los hogares, sino como un paliativo para llegar a fin de mes.

Un estudio de Focus Market revela que 3 de cada 10 argentinos piensa destinar la mitad del aguinaldo a pagar gastos generales, como ser servicios básicos, expensas, cuotas de las escuelas, medicamentos y prepagas. En otros años, este ingreso era volcado en gastos en las vacaciones de invierno o compras grandes.

Damián Di Pace, director de la consultora, señaló al respecto: “Este año, el argentino promedio parece tener claro que el disfrute puede esperar. La prioridad, esta vez, es llegar a fin de mes”.

Pese a que el discurso oficial destaca con insistencia las mejoras macroeconómicas, dada la desaceleración inflacionaria y el control del tipo de cambio, el 31% de los trabajadores se ve obligado a volcar su medio aguinaldo a los gastos básicos.

Ni vacaciones, ni ahorros

El estudio mostró además que el tradicional destino vacacional del aguinaldo perdió terreno. Mientras que en diciembre de 2024 las vacaciones encabezaban el ranking de prioridades, en este nuevo escenario cayeron al cuarto lugar, lo que consolidó una tendencia descendente que se venía observando en los últimos períodos.

“Aunque el panorama macroeconómico actual muestra mayor estabilidad y previsibilidad que en años anteriores, la realidad cotidiana indica que los ingresos aún no alcanzan para cubrir todos los gastos del mes. En otras palabras, el salario se estabilizó, pero sigue sin rendir”, detalló el informe.

Por otro lado, el estudio muestra u menor interés por la compra de dólares y el pago de deudas. La compra de moneda extranjera, era históricamente una de las opciones más elegidas por los argentinos ante la incertidumbre, lo que perdió peso como estrategia financiera.

En ese sentido, Di Pace explicó que “hay una diferencia clave con los tiempos de volatilidad extrema: esta vez, no hay apuro por sacarse los pesos de encima. La urgencia del consumo inmediato, propia de los momentos de crisis o devaluaciones inminentes, parece haberse desactivado. Ya no se gasta por miedo a la devaluación. Ni siquiera el dólar es hoy ese refugio automático que solía ser. La compra de moneda extranjera quedó en segundo plano. Incluso perdió espacio entre las opciones para el aguinaldo”.