
La comunidad santiagueña se vio conmovida este domingo por el asesinato de una joven en Villa Atamisqui, víctima de un femicidio. Por el caso fue detenido un joven de 22 años, sospechado de ser el autor material.
El caso encendió las alarmas y desde Mumalá emitieron un comunicado en el que buscan reafirmar su lucha para erradicar la violencia contra las mujeres e insistir en la implementación de políticas públicas más eficaces.
El comunicado:
Desde Mumalá expresamos nuestro profundo repudio ante el femicidio de Luciana Sequeira, de 17 años, ocurrido en la ciudad de Villa Atamisqui, provincia de Santiago del Estero.
Como único sospechoso fue detenido un hombre de 22 años identificado como Juárez Franco.
Acompañamos en el dolor a su madre, a sus seres queridos y a toda la comunidad que hoy exige justicia y que se actúe con perspectiva de género, celeridad y transparencia.
Este hecho, lejos de ser un caso aislado, vuelve a poner en evidencia la urgencia de una respuesta estatal integral frente a la violencia de género. En un contexto de grave retroceso a nivel nacional, producto del desfinanciamiento y el vaciamiento de las políticas públicas para la prevención y erradicación de estas violencias, se hace aún más evidente la necesidad de que las provincias asuman con responsabilidad y decisión el desafío de garantizar derechos.
Exigimos al Estado provincial que actúe con urgencia y compromiso, implementando medidas concretas, con presupuesto asignado, equipos profesionales, dispositivos de atención permanente y estrategias de prevención activas en el territorio. La ausencia de políticas sostenidas es una forma de violencia institucional que no puede ni debe naturalizarse.
Según los datos registrados por el observatorio de MuMaLá, “Mujeres, Disidencias, Derechos”, se registra un femicidio cada 28 horas y un intento cada 8 horas.
La muerte de Luciana no puede quedar impune ni ser parte de una estadística más. Cada femicidio es una falla grave del Estado en su deber más básico: proteger la vida.
La falta de acción política frente a la violencia de género no es negligencia: es complicidad.